La Ruta de la Seda después de Crimea[1]
Ariel Noyola Rodríguez[2]
La gira del presidente chino Xi Jinping por Europa, que inició el 22 de marzo en Holanda bajo el marco de la Cumbre de Seguridad Nuclear en La Haya y concluyó el 1 de abril en Bruselas, Bélgica (sede de la Unión Europea), tuvo como eje rector la construcción de “cuatro puentes”: paz, crecimiento, reforma y progreso. El “deseo de prosperidad común” y la “confianza política mutua” se colocaron por encima de las diferencias culturales, económicas y, más recientemente, geopolíticas, como consecuencia de la crisis ucraniana y la hostilidad de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) contra Rusia.
No obstante, el creciente protagonismo adquirido por China en el nivel internacional, derivado de su ascenso económico, revela en los hechos la fragilidad de la diplomacia para eliminar las fricciones interestatales en un contexto económico mundial caracterizado por la caída de la rentabilidad capitalista, la incertidumbre que de ello deriva y, finalmente, la disputa entre capitales individuales en el mercado mundial para garantizar su supervivencia. Aunque las proyecciones recientes del Banco Mundial apuntan que para finales de 2014 China superará a Estados Unidos como primera potencia económica (Financial Times, 30 de abril de 2014), esto no significa la inexistencia de un amplio abanico de condicionamientos.
La capacidad de adaptación a una “nueva normalidad” en el ritmo de crecimiento (Xinhua, 10 mayo de 2014) y la transición de un régimen de acumulación sustentado en la sobre inversión, la súper explotación del trabajo y la exportación de manufacturas con base en recursos naturales, a otro con eje en la ampliación del mercado interno y la producción de mercancías de alto valor agregado dependerá, en buena medida, del modo en que China gestione las contradicciones internas y articule alianzas estratégicas en ambos lados del Atlántico.
De este modo, el interés de China por hacer de Europa un socio clave radica básicamente en la necesidad de consolidar mercados de exportación y recibir transferencias de tecnología para la producción masiva de maquinaria y equipo en un futuro no distante. Después de visitar Francia y Holanda, y firmar acuerdos de cooperación en los sectores de la energía nuclear, la industria automotriz, la exploración aeroespacial, la educación y la agricultura, el presidente Xi se dirigió a Alemania para rediseñar la Ruta de la Seda, ahora en el siglo XXI, y fortalecer así las relaciones entre China, Asia Central y Europa: un cinturón económico de 11 mil kilómetros que atravesará por ferrocarril Rusia y Kazajstán y conectará en sólo 16 días la ciudad de Chongqing (China) con Duisburgo (Alemania), uno de los centros de transporte y comercio más importantes de Europa.
En efecto, las relaciones económicas euroasiáticas cobraron nuevo ímpetu tras la incorporación de Crimea a territorio ruso y la jugada maestra de Pekín que, en alianza con Alemania, construye perspectivas pacíficas de cooperación entre Rusia y el llamado viejo continente.
Hay que considerar que la Ruta de la Seda forma parte de un interés compartido de largo aliento entre China y Alemania por ganar preeminencia económica a nivel mundial que incluye, además del comercio, la inversión y las finanzas internacionales. De los 850 proyectos de inversión extranjera directa que Alemania cerró en 2012, 11 por ciento eran de origen chino; en contrapartida, Alemania representa para China casi la mitad de la transferencia de tecnología de la Unión Europea (People’s Daily, 25 de mayo de 2013). Por otro lado, el apoyo a la internacionalización del yuan mediante swaps cambiarios bilaterales entre bancos centrales y la instalación de centros de liquidación en Alemania, Inglaterra y más recientemente en Luxemburgo (South China Morning Post, 8 de mayo de 2014), al tiempo que reducen el riesgo cambiario de los flujos bilaterales de comercio e inversión, socavan gradualmente el poderío del dólar.
Tras el posicionamiento neutral de China en el Consejo de Seguridad con respecto al referéndum de la península de Crimea, y la actitud conciliatoria entre Rusia y Europa a través de la Ruta de la Seda, la rivalidad entre China y Estados Unidos llega a un nuevo episodio de confrontaciones indirectas a nivel regional. La tercera semana de abril, Barack Obama visitó a sus aliados asiáticos tradicionales (Japón, Corea del Sur, Malasia y Filipinas) y dejó claro que la “doctrina del pivote” contra Pekín no ha muerto.
Estados Unidos refrendó su apoyo incondicional a Japón y las Filipinas, por las disputas territoriales que ambos países mantienen con China, apuntaló las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) y avivó las tensiones en el Mar del Sur a través de Vietnam. Sin embargo, el acuerdo energético firmado entre Moscú y Pekín el 20 de mayo y el alivio reciente de las tensiones entre los gobiernos de Angela Merkel y Vladimir Putin para evitar una depresión económica europea, neutralizaron la ofensiva estadounidense.
En suma, Washington buscó aislar a Rusia y desarticular la integración asiática, que –dicho sea de paso– constituye uno de los principales mecanismos de la región frente a la debilidad de la recuperación económica mundial, y no hizo sino favorecer la consolidación de un espacio económico euroasiático tras la coyuntura de Crimea.
[1] Texto preparado para la revista Contralínea. Disponible en Web: http://bit.ly/U4ZTVy
[2] Miembro del Observatorio Económico de América Latina del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
Ecuador regresa al financiamiento externo
Oscar Ugarteche[1]
Los cambios en la economía internacional están afectando a las economías latinoamericanas que se pensaban más allá de las restricciones externas habituales al crecimiento. Quizás el más visiblemente afectado esté siendo por el momento Ecuador que había confiado su destino petrolero, y de balanza de pagos, a Venezuela y PDVSA con una refinería en Manta efectuada entre ambos. Esta llegó a ser anunciada en el 2008 por los presidentes de ambos países, inclusive. En el 2014 sabemos que la Refinería del Pacifico en Manta será construida con dinero del gobierno de China y en sociedad con PetroChina. Las razones por las que Venezuela no haya cumplir con su parte del trato quizás tenga que ver con los precios del petróleo, que no mantuvieron la trayectoria esperada por la introducción del shale oil.
La reversión de las políticas ambientales y la desafiliación oficial de su base ecologista para explotar Yasuní, condición que pusieron los chinos, debe haber sido el precio para mantener un ritmo de crecimiento alto y estable a futuro. La no explotación de Yasuní porque no vale la pena para los chinos, si bien es un alivio ecológico, ni amista al gobierno con su base ecologista ni le facilita las proyecciones de crecimiento.
De otro lado la apuesta ecuatoriana fue que el Banco del Sur iba a crearse y que ellos serían actores importantes dentro del mismo. Ahora se sabe que la que salió fortalecida fue la Corporación Andina de Fomento (CAF) que para Ecuador es la principal fuente de financiamiento externo después de haberse distanciado el país en términos políticos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en términos drásticos de los mercados financieros internacionales tras declarar que el íntegro de su deuda externa era ilegítimo excepto unos bonos globales. También se distanció del BNDES de Brasil por un problema en una obra y el país llevó el caso a las cortes de París. Esos actos han dejado al gobierno en manos y con las condiciones que quieran prestarle.
Según el Ecuador Times, el gobierno buscará 700 millones de dólares adicionales con obligaciones en el extranjero y 1,000 millo0nes del Banco Mundial para Hidroeléctricas. La banca ha pedido para comenzar 100% de garantía en oro y 4.3% de interés dando a entender una percepción de riesgo CCC aunque en las tablas publicadas por las agencias calificadoras es B estable. Contrario a lo esperable, el cese de pagos de la deuda del 2009 no derrumbó la calificación de riesgo de Ecuador de manera importante y rebotó a su nivel anterior inmediato por el performance de su crecimiento y la solvencia del manejo macroeconómico. El regreso al mercado empero, está siendo costoso.
La operación específica del oro es lo que se llama un swap de oro, donde se entrega oro a cambio de moneda y luego se devuelve moneda a cambio de oro a una fecha fija a un precio fijo. En 2014 es la única operación financiera internacional efectuada hasta ahora y fue con una prenda física del oro para un crédito a tres años. En estas operaciones el banco o el inversionista no corren ningún riesgo porque la garantía física está en sus manos. El Banco Central valoró la entrega a 1,299 dólares la onza y la opción de recompra seguramente fue hecha a 1,281.9 que es el precio que tiene Goldman Sachs en pantalla por onza de oro a junio del 2017. Si la operación sale bien, el BCE ganará algo, si el precio baja y Ecuador compra su oro a menor precio en el 2017. Por ejemplo, si el precio baja a 1,200, el BCE vendió a 1,299 y recompra más oro a 99 dólares menos. Si el precio subiera, ejecutará su opción de compra a 1,281.9 USD la onza y el Banco habrá salido nivelado cubriendo el interés pagado con la ganancia de 18.90 dólares la onza-diferencia entre 1,299.00 y 1,281.90 USD/oz. El dinero el banco lo presta a 4.3%, es decir Goldman no arriesga nada y gana algo y un tercio de ese costo lo paga en parte el diferencial de precios establecido.
La impresión que comienza a salir de Ecuador es que los costos internacionales de sus políticas están llegando y los nuevos acreedores chinos están poniendo las condiciones del juego. A esta se van a sumar las condiciones del Banco y luego sin duda las del Fondo. Es poco pensable que el país haga una emisión internacional de bonos sin garantía, aunque sea de 350 millones de dólares en realidad, sin el aval de alguien y sin un margen de riesgo muy alto. Esa es la única explicación para la operación del oro. Mientras el fondo de contingencia de los BRICs no se firme y se arme el observatorio económico del mismo para seguir y respaldar a las economías emergentes, es poco probable que haya otro actor que no sea el mismo FMI el que dé estos avales. Si el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) fuese mucho más potente y expresión real de la potencia de América del Sur, al menos, quizás podría ser el aval de estas emisiones. Pero no lo es y la reforma de la arquitectura financiera de América del Sur ha quedado frenada por vez enésima desde inicios del siglo XIX. La política económica internacional de Ecuador parece haber dado un giro sustantivo de su punto de partida y estar recorriendo el país en este campo un camino distinto del previsto.
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[1] Economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org
Estados Unidos: la bolsa en auge y la economía estancada
Oscar Ugarteche[1], Ariel Noyola Rodríguez[2]
A partir de la crisis de 2007/2008, un doble rasero ha sido aplicado a la economía de Estados Unidos con resultados a la vista: de un lado está la calle (Main street) estancada, y de otro Wall Street en euforia. Los argumentos de los republicanos a favor del “equilibrio fiscal”, contrastan con el apoyo irrestricto del Departamento del Tesoro y la Reserva Federal (Fed) al sector financiero a través de rescates bancarios, inyecciones masivas de liquidez, desgravación fiscal y regulación laxa. Los republicanos han saltado a la yugular del déficit fiscal ajustando salarios y consumo y asistiendo a un proceso de concentración del ingreso inédito, dicen Saez, Piketty y otros.
Existe una falta de impulso de la recuperación que de 2009 a la fecha no remonta. La noticia es que en la segunda revisión del Bureau of Economic Analysis (BEA), el PIB creció no 0.10% como dijeron en su primera entrega, sino -1.0% en el primer trimestre de 2014. La explicación es que se observa una baja en inventarios, exportaciones, inversión fija no residencial y residencial y gastos público local y estadual, mientras las importaciones crecen. Esto aumenta deliberadamente los riesgos de nuevas burbujas financieras en Wall Street.
Existe evidencia de que las medidas de inyección de liquidez “no convencionales” poco han contribuido a reducir la deuda de las familias y reactivar el consumo con firmeza. Con menos liquidez, la tasa de inflación es cada vez menor a la esperada por la Fed. Las deudas promedio de los préstamos hipotecarios, de los estudiantes y de las tarjetas de crédito de los hogares no han mejorado mucho con relación a 2009. A partir del primer trimestre del año en curso, el crédito ha vuelto a aumentar de acuerdo con la Fed de Nueva York (Véase “Household Debt and Credit Report”, en nyfed.org/1hMuFY2), lo cual no se ha reflejado en el aumento del PIB. De otro lado, alrededor de 19% del total de propietarios, todavía poseen casas con un valor inferior a sus hipotecas (Wall Street Journal, 21/05/2014), situación que demuestra que los problemas financieros no están resueltos. En el plano real, Estados Unidos todavía no recupera el nivel de inversión en el PIB previo a la crisis, en la actualidad todavía 3.26% por debajo del nivel de 2007 según la OCDE (Véase “OECD Economic Outlook 2014”, en bit.ly/1qALoXC).
No obstante, el optimismo del gobierno recuperó brillo cuando la nómina no agrícola registró un aumento de 288,000 personas en el mes de abril, y la tasa de desempleo cayó a 6.3 por ciento. La Fed habría cumplido finalmente con su meta de 6.5% de desempleo planteada por Ben Bernanke. Sin embargo hay que considerar que en 2008 trabajaba el 65% de la PEA (Población Económicamente Activa) y ahora 58%, porque 7% abandonó la búsqueda de empleo por no encontrar nuevos empleos adecuados. La duración promedio del desempleado se ubica en alrededor de 9 meses. De este modo, el desempleo es el 13.5% de la PEA de 2008, que es lo comparable. Se han generado un promedio de 190,000 empleos en la nómina no agrícola durante los últimos 12 meses lo que es insuficiente tomando en cuenta la dinámica de los jóvenes entrando al mercado laboral a partir de junio, cuando acaban las escuelas, y los 3 millones de empleos sin recuperar como consecuencia de la crisis. Durante su comparecencia ante el Congreso el 7 de mayo, Janet Yellen justificó un nuevo recorte de 10,000 millones de dólares mensuales al estímulo monetario como efecto de la “mejora del mercado laboral”. Los recortes al estímulo monetario mensual que llegaron a ser de 85,000 millones de dólares mensuales se han reducido por cuarta vez en 10,000 millones y ahora suman 45,000 millones de dólares. Lo que salta a la vista es que con esas inyecciones de liquidez la inflación no repunte, ahora estamos viendo cómo de 3% a finales de 2008, hemos pasado a cifras cercanas a 1.5% con tendencia a la baja en el IPC. Europa y Japón están bordeando cero.
Las acciones de la Fed favorecen a Wall Street a costa de Main Street y sin que se vea una mejora real. Desde que se inició el final de los estímulos monetarios el índice de capitalización de la bolsa ha crecido de manera sostenida en lo que es el símil financiero del juego de “Gallina”. El que gana es el último en saltar de un coche en marcha antes de llegar al abismo. Con datos para la economía de Estados Unidos de bajo crecimiento del PIB, tendencias deflacionarias y niveles de empleo bajos en la PEA, el índice Dow Jones compuesto creció 21% en relación a su pico anterior de octubre de 2007. Está en 16,945 puntos al 11 de junio de 2014. Si la economía norteamericana apenas crece, la pregunta es ¿De dónde sale dicha capitalización? ¿Es ingreso concentrado del resto del mundo? ¿Es retorno de capitales de otros mercados? Si es como en el 2008, el costo de un pinchazo financiero será una nueva exportación global de la crisis. No hay correlación entre los índices de bolsa y la marcha económica de Estados Unidos y nada que indique una recuperación económica ni una mejora en la tendencia depresiva de los precios, a pesar de los discursos.
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[1] Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org
[2] Miembro del proyecto OBELA, IIEC-UNAM. Contacto: anoyola@iiec.unam.mx
Durante 2013, el monto total de remesas recibido en América Latina y el Caribe (ALC) no presentó cambios con relación al año anterior, con lo que su tasa de variación anual fue prácticamente nula a nivel regional. Tras la caída de estos flujos en 2009 provocada por la crisis financiera internacional, los flujos de remesas a ALC mostraron una leve recuperación en 2010-2011, para luego estabilizarse a partir de 2011. En 2013, el ingreso de remesas del exterior a la región alcanzó US$61.251 millones. Este total refleja las variaciones positivas en tasas de crecimiento de remesas hacia Centroamérica y el Caribe, compensado por tasas negativas para México y los países de Sudamérica.
En los años previos a la crisis financiera internacional el ingreso de remesas del conjunto de países de ALC alcanzó tasas promedio de crecimiento anuales de 17%. Sin embargo, la crisis económica de 2008-2009 provocó un cambio importante en las tendencias observadas hasta entonces: primero, hubo una fuerte caída de las remesas en 2009 de más de -10%; que fue seguida por un modesto incremento de 6% en 2011, ingresos que más adelante terminaron por estancarse a nivel regional. La estabilización de estos flujos agregados oculta tendencias divergentes significativas entre países y subregiones.
Pese a que los flujos de remesas a nivel regional aún no recuperan sus niveles previos a la crisis económica de 2008-2009, para países como Haití, guyana, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Jamaica y Guatemala estos flujos aún representan más de 10% del PIB, mientras que para la mitad de los países latinoamericanos y del Caribe más del 5% del PIB, lo que demuestra su importancia para las economías en la región.
Panorama de las Administraciones Públicas en América Latina y el Caribe ofrece un conjunto de más de 30 índicadores para ayudar a quienes toman las decisiones de politica, a analizar y referenciar el desempeno de los gobiernos, tanto al interior de la región latinoamericana como comparado con los países miembros de la OCDE. Esta publicación se enfoca en 4 áreas principales: practicas y procedimientos presupuestarios, Empleo en la Administración General y Compensación en las ocupaciones de determinados sectores públicos, Adjudicación de contratos públicos y finanzas Públicas y economía.
A pesar de que la región lationamericana no ha sido tan gravemente afectada por la reciente crisis financiera y economica global.Panorama de las Administraciones Públicas en América Latina y el Caribe argumenta que los gobiernos deben propender por políticas más incluyentes, transparentes receptivas y eficientes. Para ello, necesitan mejorar, entre otras, las prácticas presupuestarias de empleo público e incrementar los niveles de transparencia.
Texto completo da clíck aquí (acceso vía RED UNAM)
Para 2030, los gobiernos de todo el mundo tendrán que hacer frente a factores críticos cruciales, por ejemplo, el crecimiento demográfico global, que provocará una enorme tensión en torno del suministro de alimento y agua.
Para entonces, casi dos tercios de la población mundial residirá en ciudades, y se espera que el mundo en desarrollo asuma de 75% a 80% de los costos de las adaptaciones requeridas.
Con este estudio, podemos concluir que es necesario adoptar una visión a largo plazo, así como planear y actuar de manera diferente para solucionar los nuevos desafíos sociales y ambientales.
VI Cumbre del BRICS: las semillas de una nueva arquitectura financiera[1]
Ariel Noyola Rodríguez[2]
Al día siguiente de la final del torneo de fútbol en Brasil, se llevará a cabo la VI Cumbre del BRICS (sigla de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Fortaleza y Brasilia serán las ciudades anfitrionas del encuentro a realizarse los días 14, 15 y 16 de julio, para asentar finalmente una arquitectura financiera de nuevo cuño bajo el eslogan: “Crecimiento incluyente y soluciones sostenibles”. A diferencia de las iniciativas de regionalización financiera asiática y sudamericana, los países del BRICS, al no conformar un espacio geográfico común, al tiempo que están menos expuestos a sufrir turbulencias financieras en simultáneo, incrementan la efectividad de sus instrumentos defensivos.
Un fondo de estabilización monetario denominado Acuerdo de Reservas de Contingencia (CRA, del inglés Contingent Reserve Arrangement) y un banco de desarrollo, llamado Banco BRICS, ejercerán funciones de mecanismo multilateral de apoyo a las balanzas de pagos y fondo de financiamiento a la inversión. De facto, el BRICS tomará distancia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, instituciones edificadas hace siete décadas bajo la órbita del Departamento del Tesoro estadounidense. En medio de la crisis, ambas iniciativas abren espacios de cooperación financiera frente a la volatilidad del dólar, y alternativas de financiamiento para países en situación crítica sin someterse a condicionalidades mediante programas de ajuste estructural y reconversión económica.
Como consecuencia de la creciente desaceleración económica mundial, se ha vuelto más complicado para los países del BRICS alcanzar tasas de crecimiento por encima de 5 por ciento. La caída sostenida del precio de las materias primas para uso industrial derivada de una menor demanda del continente asiático y el retorno de capitales de corto plazo hacia Wall Street han impactado negativamente sobre el comercio exterior y los tipos de cambio. A excepción de la ligera apreciación del yuan, las monedas de los países del BRICS han perdido desde 8.80 (rupia india) y hasta 16 (rand sudafricano) puntos porcentuales frente al dólar entre mayo de 2013 y junio del año en curso. En este sentido, el CRA BRICS –dotado de un monto de 100 mil millones de dólares anunciado en marzo de 2013, con aportes de China por 41 mil millones de dólares; Brasil, India y Rusia, 18 mil millones cada uno; y Sudáfrica, con 5 mil millones de dólares–, una vez en marcha reducirá sustantivamente la volatilidad cambiaria sobre los flujos de comercio e inversión entre los miembros del bloque. Los escépticos argumentan que el CRA tendrá importancia secundaria y ejercerá sólo funciones complementarias a las del FMI. Dejan de lado que en contraste con la Iniciativa Chiang Mai, por ejemplo (integrada por China, Japón, Corea del Sur y 10 economías de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), el CRA BRICS podrá prescindir del aval del FMI para realizar sus préstamos, con lo cual garantiza una mayor autonomía política frente a Washington. La guerra de divisas de las economías centrales contra las economías de la periferia capitalista exige su ejecución a la brevedad.
Por otro lado, el Banco BRICS ha despertado muchas expectativas. El Banco que iniciará operaciones con un capital de 50 mil millones de dólares (con aportaciones de 10 mil millones y 40 mil millones en garantías de cada uno de los miembros), tendrá posibilidades de ampliarse en 2 años a 100 mil millones de dólares, y en 5 años a 200 mil millones; contará con capacidad de financiamiento de hasta 350 mil millones de dólares para proyectos de infraestructura, educación, salud, ciencia y tecnología, medio ambiente, etcétera. Sin embargo, para el caso de América del Sur, los efectos en el mediano plazo presentan un carácter dual. No todo es miel sobre hojuelas en los mercados de crédito. Por un lado, el Banco BRICS bien podría contribuir a reducir los costos de financiamiento y fortalecer la función contracíclica de la Corporación Andina de Fomento (CAF), a través del aumento de créditos en momentos de crisis y así descartar los préstamos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Por otro lado, no obstante, como oferente de crédito, el Banco BRICS entraría en competencia con otras entidades financieras de influencia considerable en la región como el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil), la CAF y los bancos chinos con mayor número de acreencias (China Development Bank y Exim Bank of China). Es inverosímil que las instituciones financieras susodichas hagan converger sus ofertas de crédito de modo complementario sin afectar sus carteras de prestatarios.
Al interior del BRICS también hay fricciones. La elite china pretende realizar la aportación mayoritaria (a diferencia de la propuesta rusa de establecer aportaciones alícuotas) y convertir a Shanghái en sede del organismo (en lugar de Nueva Delhi, Moscú o Johannesburgo). En caso de que los préstamos del Banco BRICS se denominen en yuanes, la moneda china avanzará en su internacionalización y afianzará gradualmente su posición como medio de pago y moneda de reserva en detrimento de otras divisas. Más allá de la consolidación de un mundo multipolar, el CRA y el Banco BRICS representan las semillas de una arquitectura financiera que emerge en una etapa de la crisis llena de contradicciones, lo mismo caracterizada por la cooperación que por la rivalidad financiera.
[1]Texto preparado para la revista Contralínea. Disponible en Web: http://bit.ly/1jyVKiE
[2]Miembro del Observatorio Económico de América Latina del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
Este documento identifica las principales características de los sistemas tributarios de América Latina en las últimas dos décadas.
Aunque hay una gran cantidad de heterogeneidad entre los países, la presión fiscal ha aumentado en casi todos los casos, y la estructura tributaria en promedio, se ha concentrado más en el impuesto al valor agregado y el impuesto sobre la renta.
Sin embargo, ciertas debilidades estructurales se han mantenido, tales como el sesgo a favor de los impuestos indirectos y el bajo peso de los impuestos sobre la renta, que determina el bajo impacto redistributivo de los impuestos en el plano regional.
Por otra lado, el alto grado de informalidad, el alto nivel de gastos fiscales (o concesiones) y los niveles inaceptables de evasión fiscal han obstaculizado la consolidación de los sistemas fiscales con fundamento en la equidad y la eficiencia.
Dado que los objetivos de la política fiscal se expanden más allá de lo meramente fiscal, se ha vuelto cada vez más importante establecer nuevas pautas para la reforma fiscal en los países latinoamericanos.