Amanecer emergente: el ascenso económico del Lejano Oriente y sus consecuencias para el orden económico internacional
La economía mundial ha experimentado un cambio muy profundo en las últimas décadas, con el estancamiento de los países desarrollados mientras los emergentes, han crecido a tasas extraordinarias. Las principales consecuencias institucionales han sido que el G7 ha cedido el protagonismo al G20 y que las instituciones financieras internacionales han efectuado reformas graduales para reflejar mejor las realidades de la economía mundial. La principal tesis de este artículo es que el cambio en la economía mundial ha sido tan rápido que las instituciones internacionales y los principales países protagonistas no están preparados para asumirlo con todas las consecuencias. China y los países emergentes todavía no han alcanzado la riqueza per cápita suficiente para asumir las mismas obligaciones que los países desarrollados, incluyendo los costes del liderazgo. El resultado más probable es que EEUU y Europa mantengan el liderazgo institucional, pero con menor fuerza y autoridad, lo que puede debilitar a estas instituciones y generar un mayor bilateralismo sin reglas claras, y mayores riesgos de inestabilidad por políticas no cooperativas, principalmente en materia cambiaria. En este contexto, el refuerzo de la cooperación en foros informales como el G20 y el diálogo bilateral parece una necesidad.