Oscar Ugarteche e Iván Sánchez El banco de inversión JP Morgan una vez más ha sido multado por incurrir en prácticas delictivas de las que ya se tenía sospecha y que ahora se han confirmado. JP Morgan fue acusado por una mala gestión de los controles de riesgo, donde no informó a los reguladores de Estados Unidos y Gran Bretaña, de las deficiencias en el manejo de operaciones arriesgadas que ya habían sido identificadas por la administración del banco. Dicho caso conocido como “la ballena de Londres” ahora le ha costado cerca de 920 millones de dólares en una multa a la que se llegó en un acuerdo extrajudicial con las autoridades estadounidenses y del Reino Unido por haber ocultado la gravedad de las pérdidas masivas.
El anuncio del acuerdo extrajudicial, que ya era esperado, es una de las multas más altas impuestas sobre un banco, por una sola estrategia de negociación. Cabe destacar que dichas prácticas, han sido catalogadas como "imprudentemente arriesgadas e inseguras" y se ejecutaron "como parte de un patrón de mala conducta", que ocasionaron pérdidas de más de 6 mil millones de dólares en transacciones con derivados en el mercado de Londres el año pasado, cuando Dimon dijo en el Congreso estadounidense, que no se necesitaba de mayores controles para evitar tomas de riesgo imprudentes.