La Cuarta etapa de la Crisis que inició en 2007 actualmente en una fase de problemas fiscales, afecta en primer lugar a los países de la periferia europea, sin embargo, y a pesar de los recientes anuncios de rescate por parte del Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, persisten los riesgos de contagio mundial.
Debido a las demoras en la concertación de la ayuda financiera y las políticas exigidas a Grecia, se vuelve a cuestionar la intervención del FMI y su papel de asegurar la estabilidad financiera internacional.
Las circunstancias actuales dan oportunidad de plantear nuevamente las propuestas necesarias de la Arquitectura Financiera Internacional, cuestiones como el papel de las Instituciones Financieras Internacionales, su conformación interna, la necesidad de nuevos organismos y el establecimiento de un código financiero internacional, sin los cuales no existen perspectivas para evitar que futuras crisis se presenten.