Tres años después del inicio de la crisis financiera mundial, se ha hecho mucho para reformar El sistema financiero Mundial, pero queda mucho por lograr. La agenda de reforma de la reglamentación acordada por el G-20 en 2009 ha elevado el debate al más alto nivel político y se mantiene la atención internacional centrada en el establecimiento de una serie consistente de reglas. Una reforma integral, una vez acordada y ejecutada en su totalidad, tendrá implicaciones de largo alcance para el sistema financiero mundial y el desempeño de la economía mundial. En el diseño de las reformas, es imperativo que las autoridades mantengan su atención en el objetivo primordial de la creación de una sistema financiero que proporcione una base sólida para el crecimiento económico fuerte y sostenible.
Este trabajo sostiene que las reformas en curso se están moviendo en la dirección correcta, pero muchas decisiones politicas quedan por delante que son urgentes y desafiantes. Las políticas deben abordar no sólo los riesgos de los bancos individuales, sino también, sobre todo, los planteados por las entidades no bancarias y el sistema en su conjunto. Las recientes propuestas del Comité de Basilea sobre Supervisión Bancaria (BCBS) representan una mejora sustancial en la calidad y la cantidad de capital de los bancos, pero éstos sólo se aplican a un subconjunto del sistema financiero.