Swaps cambiarios empujan el avance del Yuan en AL
Oscar Ugarteche[1], Ariel Noyola Rodríguez[2]
La V Cumbre BRICS se realizó del 25 al 27 de marzo en la ciudad de Durban, Sudáfrica. El objetivo de la reunión consistía fundamentalmente, en la eventual conformación de un "banco BRICS", que con un capital inicial de 50,000 millones de dólares (mdd) tendría como prioridad apuntalar el desarrollo económico de los países emergentes mediante el otorgamiento de créditos "blandos".[3]
El proyecto no logró concretarse como consecuencia de las diferencias en torno a las cuotas de participación, la divisa a utilizar y la sede del organismo emergente, la discusión se postergó para 2014. No obstante, se acordó a nivel de grupo la constitución de un fondo de compensación "anti crisis" por 100,000 mdd en caso de problemas de liquidez por efecto de la creciente volatilidad cambiaria en los mercados financieros internacionales. En esto sigue la tendencia creada por Chiang Mai y la UE de crear fondos multilaterales de apoyo a la balanza de pagos.
No deja de sorprender que el fondo de compensación sea presentado por la gran prensa como "idea novedosa" cuando en realidad, el referente teórico es la idea de Harry White allá en 1935: un sistema de estabilización monetario entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia que podría incluirse en el presupuesto nacional de los tres países y que en caso de haber una corrida contra alguna de estas monedas, los otros dos pudieran salir al rescate. Este mecanismo fue finalmente, el que funcionó como modelo en la constitución del Fondo Monetario Internacional (FMI). El ‘fondo de compensación BRICS' se inscribe entonces, dentro de la respuesta de las economías emergentes a la insuficiencia de las instituciones de Bretton Woods.
Por otro lado, es evidente que la actuación de China como potencia económica global conlleva el ascenso gradual del yuan como divisa en las finanzas internacionales. No obstante, mientras el Banco Central de China ha dejado flotar el yuan desde el año 2002 -observándose una tendencia de apreciación cambiaria ante el dólar entre septiembre y noviembre del 2012-, la Reserva Federal (Fed) por su parte, gestiona la depreciación del dólar mediante inyecciones de 85,000 mdd mensuales de liquidez [Quantitative Easing III] al mismo tiempo que mantiene su tasa de interés básica negativa, incrementándose la volatilidad del mercado cambiario y reduciendo la competitividad exportadora de la economía asiática. Esto se ha agravado por la nueva política monetaria de Japón, que imitando a la estadounidense, inyectará 77,500 mdd en yenes mensuales con la esperanza de subir la inflación a 2% de sus niveles negativos de las últimas dos décadas.
En el plano interno China ha reducido el costo del crédito al sector industrial y en el externo incrementado su comercio exterior con Asia, América Latina (AL) y África. Para el caso de AL, entre 2000 y 2010 el país asiático incrementó sus flujos comerciales cinco veces de 57,000 a 310,000 mdd mientras su inversión extranjera directa (IED) creció veinte veces, de 2,700 a 59,000 mdd.
Su creciente influencia económica en la región la ha llevado a minimizar el riesgo cambiario de sus flujos de capital de manera oficial. Para este fin, firma swaps cambiarios bilaterales con Argentina y más recientemente con Brasil; con el Perú establece por vez primera el pago de cuentas en yuanes hace un par de años; y conforma un Fondo Soberano de Riqueza [Sovereign Wealth Fund] a través del Banco de Exportaciones-Importaciones de China en coordinación con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un monto de 1,000 mdd para la inversión en infraestructura.[4]
Para el caso brasileño, China logró formalizar la firma de un acuerdo que incluía la implementación de un swap cambiario por 30,000 millones de dólares (mdd) en el marco de la V Cumbre BRICS. Esto, a fin de utilizar sus respectivas monedas y reducir los impactos de la inestabilidad financiera -a partir de la depreciación del dólar frente al yuan, y el real y el consecuente aumento del flujo de capitales de corto plazo.
Actualmente, China es el principal socio comercial de Brasil, le siguen la Unión Europea y Estados Unidos, el comercio entre ambas partes alcanzó los 71,000 mdd en 2011, 40% superior con respecto a 2010. En contra parte, la relación comercial de México con China es deficitaria por 60,000 mdd en promedio, habrá que mirar si la visita reciente de Peña Nieto busca rediseñar la relación bilateral.
En suma, el yuan avanza en AL para amortiguar los efectos de la volatilidad del mercado cambiario y convierte a la región en ‘banco de pruebas' para su internacionalización posterior.
Notas
[1] Economista peruano. Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org
[2] Miembro del proyecto OBELA, IIEC-UNAM. Contacto: anoyola@iiec.unam.mx
[3] Marais, Peit. "BRICS bank prominent in pre-summit discussions" en Xinhua, 26 de febrero de 2013.
[4] Leahy, John. "Latin America ponders role of the reminbi" en Financial Times, 6 de junio de 2012.
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Fuera de la economía dominante, la noción de falta de demanda en el sentido amplio es ampliamente aceptada. Aunque la mayoría de los economistas heterodoxos comparten este punto de vista en lo que se refiere al corto plazo, las perspectivas difieren con respecto al largo plazo.
En la perspectiva marxista-clásica, el argumento es que las economías capitalistas gravitan en torno a posiciones a largo plazo (también denominadas equilibrios a largo plazo, evoluciones a largo plazo, o situaciones de estabilidad), en las que el uso de la capacidad productiva puede ser descrito como "normal", es decir, independiente de los niveles de demanda.
La noción de niveles de demanda estructuralmente deficientes es, obviamente, contraria a este análisis marxista-clásico. En la perspectiva poskeynesiana, la economía también gravita en torno a posiciones a largo plazo, pero la tasa de utilización de la capacidad productiva depende siempre de los niveles de demanda. Hay también un amplio sector de lo que podría denominarse "keynesianismo marxista" para el que la falta de demanda no siempre está definida con precisión, ya sea a corto o largo plazo, a menudo en referencia a un sesgo en la distribución del ingreso a favor de los beneficios.
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La crisis del euro ya ha transformado a la Unión Europea de una asociación voluntaria de Estados iguales en una relación entre deudores y acreedores de la que no resulta fácil escapar. Los acreedores podrían perder grandes sumas, si un Estado miembro saliera de la unión monetaria; sin embargo, los deudores están sometidos a políticas que ahondan su depresión, agravan la carga de su deuda y perpetúan su situación subordinada. A consecuencia de ello, la crisis amenaza ahora con destruir a la UE. Sería una tragedia de proporciones sin precedentes, que sólo la dirección de Alemania puede prevenir.
Una vez entendido eso, la solución se desprende por sí sola. Se puede resumir en una palabra: eurobonos. Si se permitiera a los países que cumplen el nuevo Pacto Fiscal convertir el volumen total de su deuda estatal en eurobonos, las repercusiones positivas serían poco menos que milagrosas. El peligro de suspensión de pagos desaparecería y también las primas de riesgo. Los balances de los bancos recibirían un impulso inmediato, como también los presupuestos de los países profundamente endeudados.
Si Alemania optara definitivamente por los eurobonos o por la salida de la zona del euro, Europa estaría infinitamente mejor, independientemente del resultado; de hecho, Alemania estaría también mejor. La situación está deteriorándose y a largo plazo ha de llegar a ser por fuerza insostenible. Una desintegración desordenada con el resultado de mutuas recriminaciones y reclamaciones no zanjadas dejaría a Europa en una situación peor que cuando emprendió el audaz experimento de la unificación. No cabe duda de que eso no es lo que interesa a Alemania.
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Alberto Graña sostiene que a partir de la crisis, se han evidenciado espacios de disputa por el control del aparato del Estado y, en particular, por el control de las políticas fiscales y monetarias, sobre todo en aquéllos países en situación o camino de deflación.
Las políticas económicas de austeridad fiscal han traído consigo, la efervescencia de movimientos sociales que han puesto en cuestión el funcionamiento del sistema vigente. Las políticas han quedado sometidas a "una interacción de tres vías": entre Estados (naciones), ETN y corporaciones nacionales.
En cuanto a la globalización, es importante apuntar que se trata de un proceso que enmarca dos aspectos: 1) un proceso micro económico liderado por las corporaciones trasnacionales y 2) un proceso de regionalización económica y espacial llevada a cabo sobre la base de la suscripción soberana de diversos tratados de libre comercio de jure o de facto entre países o bloques de países.
Por otro lado, se define el poder económico a nivel global como: la capacidad que mantienen las ETN y las instituciones financieras sistemas internacionales, para efectivamente orientar, hacia objetivos pre-determinados la División Internacional del Trabajo. De ahí que se parta que las tres fuerzas capaces de mover los sistemas sociales son: el poder económico, el poder político y el poder del conocimiento, a lo anterior se añade el poder de los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías de información y comunicación.
Finalmente, se puntualiza que un rasgo reciente de la globalización, es que se trata de un "fenómeno circular y acumulativo" que consiste en la "convertibilidad" (mutación) del poder económico acumulado, en este caso, con base al capital originario de las privatizaciones gracias a la intervención del poder político de diversos gobiernos.
Las tres velocidades de la crisis y su bifurcación
Oscar Ugarteche[1], Ariel Noyola Rodríguez[2]
Para la segunda mitad de 2012 el ritmo de la economía mundial mostraba dos velocidades: de un lado, Estados Unidos y Europa con crecimiento económico cercano a cero debatiéndose entre el ‘precipicio fiscal' y el ‘riesgo soberano'; de otro lado, las economías emergentes, con tasas de crecimiento positivas -en vías de desaceleración- si bien con riesgos crecientes efecto de la apreciación cambiaria ligada al flujo de capitales de corto plazo y la disminución de la actividad económica de los países avanzados.
Sin embargo, de acuerdo al informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Perspectivas[3] de abril de 2013, la crisis se regionaliza y pasa de dos, a tres velocidades: 1) recesión en Europa, 2) repunte con volatilidad en las economías emergentes y 3) débil recuperación en Estados Unidos.
La ‘fatiga del ajuste' se ha puesto de manifiesto en Europa con crisis política (Italia), incertidumbre financiera (Chipre se suma a la ecuación), tasas de paro en niveles históricos y depresión del mercado intrarregional. La actividad económica se contraerá 0.25% -incluyendo Alemania- en lugar de expandirse 0.25% como había registrado el Fondo en octubre de 2012. El propio José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea, reconoce que la austeridad ‘alcanzó su límite' en línea con el descrédito de trabajos ‘científicos' como Crecimiento en tiempos del endeudamiento de Reinhart y Rogoff, donde el endeudamiento público es concebido como el peor de los males posibles.
Estados Unidos por su parte, pareciera ‘despegarse' de la tendencia seguida por Europa: datos favorables en el mercado de trabajo colocan la tasa de desempleo por debajo de 8%, recuperación del crédito bancario, repunte del mercado inmobiliario y mayor solidez de los balances ‘fortalecen' la recuperación. No obstante, el FMI niega obtusamente la gestación de burbujas financieras en Wall Street -cuyos principales índices, Nasdaq, Dow Jones y S&P han alcanzado sus niveles previos a la crisis sin recuperación en el consumo y el empleo- si bien reconoce ‘señales de ingeniería financiera' inusuales en los últimos meses mediante la recompra de acciones con fondos captados por la vía de la emisión de títulos de deuda. En contraposición, el Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial[4] resalta que los ejercicios de flexibilización cuantitativa emprendidos por la Reserva Federal, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón aumentan la avidez de los inversionistas por activos financieros más riesgosos e incrementan el riesgo de liquidez en las economías emergentes.
Para Asia se prevé un repunte del crecimiento para 2013 de 5.7% producto de un mayor dinamismo en la demanda interna y alguna recuperación de la demanda externa en tanto el reciente reajuste cambiario del yen frente al resto de las monedas de la región podría desatar una guerra de divisas. La política monetaria nipona se encuentra en dilema: de un lado continuar con la inyección de liquidez para generar inflación en un contexto deflacionario; de otro el riesgo de cesación de pago de la deuda cuando la tasa de interés suba efecto del aumento de la inflación en el marco de una deuda total de 245% del PIB que absorbe el 40% del presupuesto nacional.[5]
En cuanto a América Latina (AL), si bien las perspectivas de crecimiento económico aumentan para 2013 a 3.25%, de 3% en 2012, la vulnerabilidad frente a los flujos de capitales transfronterizos permanece intacta. De ahí que Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, considere[6] necesario el fortalecimiento de la integración financiera regional por dos vías: 1) implementando mecanismos de financiamiento contracíclicos de apoyo a la balanza de pagos y 2) aumentando la canalización de recursos para el financiamiento del desarrollo productivo.
El Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) incluye únicamente a siete -Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela- de las treinta y tres economías de la región. El reto está en ampliar este Fondo en términos tanto de volumen como de membresía. Bárcena considera que el FLAR, debería sumar 15,000 millones de dólares (mdd), actualmente es de 2,344 mdd. Nuestra apreciación es que el FLAR debería de poder contener estampidas cambiarias simultáneas de la región, exceptuando a Brasil y México y que esto requiere entre 50,000 y 100,000 mdd que podrían ser financiados mediante un ITF a los flujos de capital de corto plazo que actualmente suman 900,000 mdd anuales según el FMI. De acuerdo con Ocampo[7], con contribuciones de Brasil equivalentes al doble de los países con mayores aportes en la actualidad, el Fondo Regional alcanzaría una capacidad de crédito de 21,000 mdd, suficientes para cubrir 82% de las deudas de corto plazo. No obstante, subestima las deudas de corto plazo porque no toma en cuenta los flujos de las bolsas de valores en los países donde se emite deuda en moneda nacional comprada por extranjeros. La base de datos del FMI muestra esto claramente. Lo más significativo es el flujo de capital chileno en la bolsa de Sao Paulo y los flujos de paraísos fiscales en Sao Paulo, Lima, Bogotá y Caracas.
En suma, la leve recuperación estadounidense podría tener un impacto sobre las tasas de interés de ellos con los efectos laterales sobre los flujos de capital de corto plazo, que para algunos podría ser tan pronto como mediados del año en curso (LEAP/E2020, ídem) mientras Europa se entierra en una depresión económica y Japón intenta inyectarle inflación a su deflación para recuperar crecimiento del consumo y las exportaciones con un mejor tipo de cambio. Para AL los caminos a seguir se bifurcan: 1) fortalecer el proceso de integración financiera regional para reducir el posible impacto de la crisis y aumentar el mercado intrarregional de la mano de un proceso de desarrollo productivo incluyente o bien, 2) permanecer en la inercia esperando que el huracán pase de largo. La moneda está en el aire y mientras, la crisis sigue su curso.
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Notas
[1] Economista peruano. Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org
[2] Miembro del proyecto OBELA, IIEC-UNAM. Contacto: anoyola@iiec.unam.mx
[3] Fondo Monetario Internacional. World Economic Outlook. Fecha de publicación: Abril (2013).
[4] Fondo Monetario Internacional. Global Financial Stability Report. Old risks, new challenges. Fecha de publicación: Abril (2013).
[5] LEAP/E2020. "Crisis sistémica global. Es declarada la guerra entre el ámbito económico-político y el financiero bancario" en GEAB No. 74. Fecha de publicación: 16-04-2013.
[6] Bárcena, Alicia. "América Latina necesita integración financiera regional frente a la volatilidad" en Infolatam. Fecha de publicación: 25-04-2013.
[7] Ocampo, José Antonio. La arquitectura financiera mundial y regional a la luz de la crisis. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Serie Macroeconomía del Desarrollo No. 131. Fecha de publicación: Marzo (2013).