A principios de los años setenta, la Argentina se sumó a un grupo de países latinoamericanos, entre los que se encontraban Brasil, Chile, México y Venezuela, que iniciaron relaciones diplomáticas con la República Popular China. El cambio de rumbo en la política exterior argentina, que hasta entonces había reconocido exclusivamente a Taiwán, marcó el inicio de una nueva era en las relaciones bilaterales y regionalizó un proceso de apertura con Asia. Entre los años 70 y el 2009 se desarrolló la relación comercial, que culminó con la firma de un swap en el mes de julio del 2009 entre el Banco Central de la República de Argentina (BCRA) y el Banco Popular de China (PBOC por sus siglas en inglés). La finalidad fue asegurar la estabilidad cambiaria del país sudamericano y fortalecer los lazos comerciales entre ellos. La relación entre los gobiernos se vio afectada en diciembre del 2023, por las declaraciones anticomunistas reiteradas del presidente Milei y su acercamiento con EE. UU. En este ensayo se revisará cómo se coloca la Argentina en medio de las disputas entre las grandes potencias y su resultado.
Historia del swap chino y la Argentina
El primer swap entre el BCRA y el PBOC firmado en el 2009, durante la presidencia de Cristina Fernández fue por un monto aproximado de 70 MM de CNY/ 38 MM de ARS (10.2 MM de USD), con un plazo de tres años. El acuerdo original nunca se activó y fue modificado en 2014 por un monto de 11 MM de USD con un plazo idéntico, durante la gestión de Axel Kicillof en el Ministerio de Economía y de Juan Carlos Fábrega en el BCRA. El acuerdo consistía en qué el BCRA podía solicitar al PBOC desembolsos de hasta 70 MM de CNY y depositar el equivalente en pesos, con un plazo de hasta 12 meses. La diferencia entre ambos en la mejora en las condiciones de uso: flexibilización de plazos, reducción de costos y la autorización de usos adicionales.
Al año siguiente se firmó un acuerdo complementario que permitía al BCRA cinco operaciones de swap para convertir hasta 20 MM de CNY de la línea de swap a USD y no solo a pesos argentinos. Se renovó y amplió en el 2015 con un aumento de un total a 16.000 millones de USD, con un plazo de 3 años. En el 2017 la cantidad renovada fue 175 MM de ARS equivalentes a 70 MM de CNY, por un plazo de 3 años, a vencer en 2020.
Ambos bancos centrales en 2018 firmaron un acuerdo suplementario al del 2017 de swap de monedas por 60 MM de CNY donde se incluyó el requisito de que la Argentina mantuviese vigente un acuerdo con el FMI. Esto consistía en la remoción de los controles de capital, la modernización de la política monetaria, la resolución de los conflictos con los tenedores de bonos, la vuelta a los mercados de capitales y el realineamiento de las tarifas. El agregado de los acuerdos asciende a 130 MM de CNY (18.500 millones de USD) y se renovó en 2020 sin el requisito de mantener un acuerdo con el FMI.
En 2023, vencido el tercer año del acuerdo del 2020, el presidente del BCRA, Miguel Ángel Pesce, suscribió la renovación anticipada del SWAP por 130 MM de CNY (18.500 millones de USD) por 3 años más, y se amplió la solicitud en 35 MM de CNY (5 MM de USD) adicionales. El recién electo presidente Javier Milei durante la campaña electoral se pronunció por no entablar “pactos con comunistas”, refiriéndose a China, y anunció, que ya electo, se alinearía en materia de comercio exterior con EE.UU., Israel, la Unión Europea y el “mundo libre”. Así, en diciembre del 2023 no renovó al embajador cuyo plazo había terminado para que permaneciera mientras llegaba un nuevo representante y dejó la embajada con una funcionaria de rango menor.
Luis Caputo, ministro de Economía desde diciembre de 2023, ante los problemas de balanza de pagos expresó a Milei la necesidad de renovar el swap chino. Milei coincidió y envió una carta formal a Xi Jinping solicitando la renovación por 5.000 millones de USD. Beijing condicionó el acuerdo a un contacto directo entre ambos líderes. Mientras la canciller Diana Mondino gestionaba el contacto, las relaciones se enfriaron debido a que la Argentina optó por una oferta estadounidense para comprar aviones de combarte en lugar de los chinos ya pactados. Beijing interpretó que a Milei y Mondino lesionaban los vínculos bilaterales, especialmente después de que el embajador argentino, Sabino Vaca Narvaja, fuera reemplazado sin aviso.
China es un socio comercial importante. Las condiciones de los swaps y otros acuerdos financieros estrechan el vínculo entre ambos países. La creciente relación comercial de la Argentina y China genera preocupaciones tanto en Washington como entre los seguidores de Milei en Buenos Aires. La cancelación del swap implica una reducción de las reservas internacionales netas del BCRA. Esto significa que el banco central tendrá menos margen de maniobra para enfrentar shocks externos y mantener el tipo de cambio a partir de 2026, salvo que logre sustituirlo por un acuerdo análogo con otro banco central.
El swap y las obras de infraestructura
El swap ha sido parte de los acuerdos que estrecharon las entre la Argentina y China, garantizan proyectos de cooperación económica, como la construcción de infraestructura para el país latinoamericano, fundamentalmente las represas Néstor Kirchner situada a 185 km de la desembocadura del río Santa Cruz y Jorge Cepernic a 250 kilómetros del mismo sitio. Se trata de las obras de energía renovable más importantes que tiene China fuera de su territorio, con un presupuesto inicial de 4.700 millones de USD. Mauricio Macri (presidente de 2015 a 2019) mantuvo las obras por la importancia del swap, aunque las pausó, bajo el argumento de un elevado costo financiero. Alberto Fernández (2019-2023) reanudó las operaciones a un ritmo lento, con un financiamiento mínimo.
Tras la entrada de Milei a la presidencia, se frenó la construcción de las represas. La resolución del conflicto se dio con la visita de la canciller Mondino a Beijing junto a Caputo, encargado de buscar el refinanciamiento del tramo del swap chino por 5 MM de USD, de Pablo Quirno, secretario de Finanzas, y de Santiago Bausili, titular del BCRA en abril del 2024. En junio se logró la renovación del swap, a condición de reducir gradualmente el monto adeudado, ya que había vencimientos por más de 2.900 millones de USD en junio y otros 1.900 USD que debían pagarse en julio. Se espera que el BCRA pague los compromisos el próximo año, 2025, y los cancele a mediados de 2026.
La renovación del swap a condición de que se paguen los 5 MM de USD suplementarios el 2026 sin renovación, es un endurecimiento en respuesta a la diatriba de Milei. Le proporciona a la Argentina un colchón financiero temporal para afrontar sus vencimientos de deuda en dólares. El BCRA se compromete a cancelar este préstamo a mediados de 2026, y deberá generar los dólares necesarios para cumplir con este compromiso y sustituir el crédito del PBOC. En la misma misión se obtuvo cerca de 1.000 millones de USD para reactivar la construcción de las obras en Santa Cruz, en base a consorcios de bancos compuestos por China Development, Bank Corporation, Industrial and Comercial Bank of China (ICBC) y Bank Of China. Acompañaron a la misión de abril un ejecutivo de UTE (Unión Transitoria de Empresas) integrada por China Gezhouba Group Internacional (54%) y Eling Energía Argentina (ex Electroingeniería) (36%), a cargo de las dos centrales hidroeléctricas sobre el Río Santa Cruz. El 10% restante corresponde a Hidrocuyo. La empresa Gezhouba abandonó el proyecto de las represas por no tener respuesta del presidente para firmar los contratos.
Relaciones comerciales
La relación entre esto dos países destaca por alto intercambio comercial. China en 2022 fue el segundo destino de las exportaciones argentinas, y primero de sus importaciones. Además, el país asiático está entre los principales inversores del país.
El presidente Javier Milei ha buscado mejorar las relaciones con Estados Unidos, razón por la cual ha ignorado importantes responsabilidades con el gigante asiático (represas), pues muestra al primero como su aliado estratégico. Argentina está en medio de una disputa comercial entre EE.UU. y China, ya que este país cuenta con importantes yacimientos de litio, acceso a la Antártida para la extracción de petróleo y el Estrecho de Magallanes ruta alterna al Canal de Panamá.
La disputa por el Litio
En 2023, el principal destino de las exportaciones de carbonato de litio fue China con un 44.59% de un total de 807.1 millones de USD. Además, hay tanto empresas estadounidenses como chinas en las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca.
Las mineras chinas han logrado acuerdos para la industrialización del litio. Si bien el gigante asiático tiene la mira en argentina, EE. UU también, así que se desprende de ello una lucha por el oro blanco. Debido a su utilización para la fabricación de baterías para el almacenamiento de energía y los autos eléctricos, se ha convertido en un material esencial para el desarrollo de tecnologías limpias.
China, como líder mundial en la producción de baterías de litio y el refinamiento de este metal, posee una posición estratégica dominante en la industria global. Mientras tanto, EE. UU, consciente de la necesidad de diversificar sus fuentes y evitar depender exclusivamente de China en tecnologías clave como las baterías de litio, intensifica sus inversiones en América del Sur. Este movimiento busca contrarrestar la creciente influencia china en la región
A pesar de la retórica de Milei, China amplia discretamente su presencia en numerosos proyectos de litio en Argentina, esto fortalece su rol como un socio comercial y financiero fundamental en la región. A pesar de la oposición de Milei a las ‘políticas socialistas’ chinas, su gobierno ha mantenido relaciones diplomáticas estables con Pekín.
Para concluir, aunque las relaciones entre Estados Unidos y Argentina son cada vez más importantes, Argentina tiene una larga y significativa historia comercial con China. Desde el inicio de su relación diplomática en la década de 1970, han desarrollado una estrecha asociación económica consolidada a lo largo del tiempo. Los acuerdos comerciales, como los swaps de divisas y las inversiones en infraestructuras, han reforzado esta asociación en las últimas décadas. El país asiático se ha convertido en el principal socio comercial de Argentina, especialmente en el ámbito de las exportaciones agrícolas y minerales. Al mismo tiempo, los gauchos constituyen un importante mercado y socio estratégico en América Latina. En resumen, a pesar de los recientes movimientos hacia una mayor cooperación con Estados Unidos, el vínculo comercial con China es un pilar fundamental para la economía argentina. Refleja una profunda interdependencia difícil de romper y un compromiso a largo plazo entre ambos países.