La crisis económica, el desplome de precios del petróleo y el cambio de matriz energética plantean un peligro para la industria petrolera. La baja rentabilidad presiona a las grandes petroleras para cambiar de giro en la producción de energía, y el costo ambiental del sector es gigantesco. Según Climate Action 100+, 40 empresas de petróleo emitieron 8.8 gigatoneladas de CO2 para 2018. Esto es 2.44 y 3.1 veces más que lo emitido por 23 empresas mineras y 32 de generación eléctrica. De acuerdo con International Energy Agency, la inversión en exploración, perforación y extracción de las grandes petroleras occidentales, a excepción de ExxonMobil y British Petroleum, disminuyó de 2018 a 2019 en 0.3%.
Las grandes petroleras globales voltean a ver la energía limpia como alternativa de negocio. La petrolera con más ingresos en el mundo, Sinopec Group (China), ha impulsado la energía geotérmica como una alternativa desde 2015 . La empresa planteó que para 2020 habría 500 gigavatios (GW) de capacidad instalada. China National Petroleum Corporation también está interesada en otro tipo de energías como la geotérmica y el etanol. De este último, tiene la capacidad de producir 500 mil toneladas anuales.
Mientras tanto, la anglo-neerlandesa Royal Dutch Shell, la petrolera más grande de Europa y la segunda en el mundo, mencionó que en el periodo de 2016 a 2020 se invertirían entre 4 y 6 mil millones de dólares en energía eólica, solar, biocombustibles y desarrollo tecnológico de cargadores de automóviles eléctricos y automóviles de hidrógeno. Sin embargo, para finales de 2019 únicamente llevaban 3 mil millones de dólares.
British Petroleum (BP), por su parte, está presente en energía eólica, solar, biomasa y biocombustibles. La prioridad está en la producción de biocombustibles al unirse a la agroindustrial Bunge International Limited en 2019. Se planteó que habrá 11 plantas de producción de etanol y azúcar y se generará electricidad a partir de biomasa de la caña de azúcar en Brasil. Otras inversiones de BP están dedicadas a la producción de cargadores y baterías para automóviles eléctricos: StoreDot (Israel) y FreeWire (Estados Unidos) por 20 y 5 millones de dólares respectivamente. Para 2018, BP compró la inglesa ChargerMaster por 170 millones de dólares que está en el mismo giro de las dos anteriores. -
La francesa Total desde 2015 se puso como meta a invertir 500 millones de dólares anuales en energías renovables. Se ha concentrado en las energías eólicas y solares, de las cuales resalta el parque solar en Atacama, Chile con una capacidad de 68 MW. También han invertido en biocombustibles y bioplásticos. La inversión reportada por la empresa dedicada a energías fuera del petróleo es por un poco más de 7 mil millones de dólares para 2019.
La estadounidense ExxonMobil no tiene la misma tendencia que las demás petroleras. Todo lo contrario, la empresa fue juzgada en 2015 por no presentar la información completa del daño ambiental provocado por sus actividades, lo que ocasionó una pérdida de 1.6 mil millones de dólares a los inversionistas. En diciembre del 2019, con testimonios de Rex Tillerson, ex director general de ExxonMobil y ex Secretario de Estado de EEUU, la corte de Nueva York falló a favor de la petrolera.
En Latinoamérica la situación es contrastante a EEUU. Por una parte, la empresa brasileña Petrobras, en diciembre de 2018, publicó un plan de 417 millones de dólares de inversión en el periodo 2019 – 2023 dedicado a la investigación y desarrollo de energías renovables. Así se explica la incursión en producción de paneles solares flexibles y transparentes en conjunto con el Centro Suizo de Tecnología y Microtecnología en febrero del 2019. Sin embargo, con el nuevo CEO, Castello Blanco, sólo 3% (147 millones de dólares) de las inversiones totales de 2019 (más de 3 mil millones de dólares) han ido dirigidas a dicho rubro. Lo demás está dirigido a actividades de producción de petróleo. Castello Blanco ha mostrado su negativa ante las energías limpias al expresar que "No somos una organización benéfica, no vamos a tirar dinero. Tenemos que dirigir operaciones rentables. Si no generamos efectivo, no podremos hacer nada para enfrentarnos al cambio climático".
En cambio, la colombiana Ecopetrol ya incursionó en la energía limpia con el parque solar de Castilla en Meta, Colombia, con una generación de 21 MW, inaugurada en octubre de 2019. Se mencionó a finales de 2019 que invertiría 200 millones de dólares en energía limpia en 2020. Se ha centrado en energía solar con dos parques solares, que espera entren en operaciones en 2022. Dichos estarán cercanos a un campo petrolero para la generación eléctrica de la planta.
Petroperú recién abrió la puerta a las energías limpias en 2020. El presidente de la petrolera mencionó que “(…) en Petroperú vamos a explorar cómo podemos migrar a otras energías y convertirnos en una empresa que explore esas oportunidades”. Otras empresas latinoamericanas, como YPF (Argentina), PEMEX (México), Yacimientos Petrolíferos Bolivianos (Bolivia), no se han pronunciado al respecto.
Las empresas petroleras se ven en la necesidad de buscar nuevas formas de rentabilidad y de mantener el medio ambiente. Con esto, muchas de éstas se propusieron invertir en energías renovables. No obstante, la evidencia que los esfuerzos de la industria petrolera por entrar a las energías verdes no son suficientes. Si se compara el total de la inversión con lo invertido en energías limpias es un mínimo; por ejemplo, el porcentaje de BP y Petrobras no es mayor al 20%. Esta la tendencia es constante desde que empezaron estos esfuerzos y aún es muy superior la inversión en energías fósiles respecto a las limpias.