Según Bloomberg, el desplome en 90% - en relación al pico alcanzado en mayo del 2008- del indicador global del costo del total de embarques marítimos internacionales de materias primas denominado Baltic Dry Index, ya sobrepasó la retracción del índice industrial Dow Jones durante la gran depresión que fue de 89% entre 1929 y 1932. Indicando que estaríamos ante la globalización de la crisis, incluidos los países mas dinámicos como China e India.
Después de varios días de pérdidas bursátiles, el 24 de octubre, las bolsas de Asia, EUA, UE y Latinoamérica se desplomaron -en cascada- en menos de 24 horas y, simultáneamente, la crisis sistémica bancaria se propagaba rápidamente al sector real de casi todas las economías del globo. Las acciones de emblemáticas empresas tales como Sony entre otras empresas transnacionales perdían, en una sola sesión bursátil, mas del 12%. Chrysler, GMAC, Ford y otras grandes empresas anunciaron pérdidas y fuertes reducciones de personal calificado o cierres de plantas, mostrando suficiente evidencia empírica que los aceleradores financieros y el “contagio” del sector bancario al real de las economías es ya un hecho comprobable y, por lo tanto, dejaron de ser una mera hipótesis de trabajo.
(Julio 2008.¿Recesión-Deflación en el centro?.Aceleradores financieros de la crisis.)
Mientras Cristina Kirchner anunciaba la nacionalización del sistema privado argentino de pensiones y la recesión se instauraba en Inglaterra, el pánico vendedor en la bolsa rusa obligó a las autoridades a suspender su sesión bursátil para evitar mayores pérdidas. Algo similar sucedió en la bolsa de materias primas (commodities) de Chicago, acompañada de fuertes oscilaciones monetarias ( El Yen se devaluó respecto del dólar en un solo día a un nivel comparable al de hace 13 años). No obstante los mayores países petroleros (OPEP) anunciaron -después de una reunión de emergencia- un corte de la producción del crudo, el precio de barril de petróleo siguió cayendo a mas del 50% del precio máximo de 147 U$ por barril alcanzado en julio del 2008.
La situación es tan grave que también los países asiáticos y Europeos realizan una cumbre de emergencia con la finalidad de detener el pánico y la recesión económica global.
¿Cómo llegamos a este punto?
Del 2002 al 2007, principalmente EUA y los mayores países industrializados vivieron un inédito periodo de expansión de la inversión y el crédito, que multiplicó el consumo improductivo y aumentó artificiosamente el precio de los bienes inmuebles. Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007 sucede el fenómeno inverso: la velocidad de la caída del valor de los inmuebles es mayor que incluso 1929. Y más extendida: en 1929 la crisis inmobiliaria estalló en la Florida. La actual crisis abarca el Sur de California, La Florida, Nebraska (Las Vegas), casi todos los Estados alrededor del Lago Michigan, entre otros. ¿Pero, como explicar la velocidad de las quiebras y de la caída de las bolsas en el mundo?
Después de 1969-1972 tiene lugar la fase descendente del ciclo largo plazo de las mayores economías occidentales (EUA, Japón y Alemania) y, desde finales del 2007, esta crisis larga coincide con la crisis bancaria sistémica bancaria, en el mero centro del sistema.
La hipótesis que manejamos sostiene que la crisis crediticia retroalimenta y eventualmente acentúa -a manera de efecto pro cíclico- en el descenso de ciclo económico de largo plazo (fase B de Kondratieff). Ahora, no es lo mismo China que EUA, el primero es un país acreedor y, hasta ahora, en crecimiento, el segundo, desde Reagan, es un país que consume más de lo que produce y su consumo lo hace “de fiado” de sus países acreedores China, Rusia, Japón, Arabia Saudita, hace ya mas de dos décadas. Pero China ya es parte de la globalización y, para bien o, para mal, esta indisolublemente ligado a su socio comercial mas importante: EUA
En 1992 la crisis bancaria sueca dejó la economía 5 o 6 años recesada. El nivel de desempleo subió a niveles no nórdicos y la solución que optó el gobierno fue rescatar a los bancos comprando acciones que no valían casi nada(como ahora). Los banqueros tuvieron que reconocer sus deudas, avalarla y pagarla a los contribuyentes en un lapso de tiempo. Se estima que el costo hubiera sido del 6 al 8% de la producción total, si los suecos en 1992 hubieran cargado la cuenta a los contribuyentes, como propone ahora Paulson. Las medidas adoptadas en Suecia incluyeron mecanismos para ir pasando al contribuyente los pagos de los banqueros y, también, canalizando la venta de las acciones cuando se recuperaron. El costo estimado de estas medida de intervención del Estado redujo el costo social a aproximadamente el 2% del PBI. En Finlandia, la crisis bancaria costó más de la mitad del PBI(54%) pero no sé muy bien como la resolvieron. Hablando rápido, en EUA, hasta ahora, la acción pública se ha orientado a socializar las pérdidas después de haber privatizado las ganancias.
En este complejo escenario ya no cabe duda de la poca relevancia de la política económica (fiscal y monetaria) y de las múltiples mega intervenciones de los bancos centrales del mundo para disminuir la volatilidad. De un lado, la política monetaria de subir o bajar la tasa de interés para controlar la inflación o reactivar la economía aplicada por casi dos décadas –desde que el inefable A. Greenspan fue presidente de la Reserva Federal- no va funcionar en el futuro cercano (ni lejano) por que el problema central ahora es la deflación de precios y la recesión económica. La reducción de la tasa de interés referencial no ha podido reducir el costo real del dinero, ni mejorar el acceso al crédito, ni detener la cadena de embargos moras pagos de las familias norteamericanas, ni la quiebra de los mayores bancos del mundo y, ciertamente, el desplome de las bolsas. En lo referente a política fiscal, subir impuestos o cortar el gasto público también sería más recesivo. Además, como sabemos, el déficit fiscal de EUA es insostenible después de los mayores gastos en la guerra de Irak, así como su persistente déficit en cuenta corriente comprobable desde 1982 (Reagan)
Desde marzo, las quiebras han ido aumentando en dimensión y complejidad, hasta llegar a la quiebra de AIG, la aseguradora más grande del mundo, en septiembre. Su rescate no calmó los ánimos, le hizo cosquillas a las bolsas del mundo y, mas bien, aumentó la volatilidad, tanto, que tuvieron que lanzar en la siguiente semana una nueva “Ley de Emergencia Económica” (700 billones de U$, 4% del PBI). Y las bolsas siguieron desplomándose, como ahora.
En mi opinión, la nacionalización de AIG disparó el gatillo de la crisis sistémica bancaria, el efecto dominó que vivimos actualmente en el mundo.
En suma, la crisis es global y también, la globalización neoliberal está en crisis. Y, -como en 1929- la teoría económica neoclásica (que usa extensivamente el FMI-BM) no aporta mucho para interpretar lo que pasa y, menos aún para prevenir lo que podría pasar. La especialidad de los neoclásicos es el análisis estático, la dinámica económica les es ajena. La onda nos está alcanzando y eso es una realidad verificable.