A partir de la década de los 80's, los gobiernos del Norte, después de los del Sur, empezaron a recurrir a la excusa de la deuda para imponer políticas de austeridad presupuestaria. Desde entonces se ha generado una fuerte oposición hacia estas políticas, que más que radicar en contra de las medidas de austeridad aplicadas como tal, se centra en que dichas medidas golpean sólo a las clases populares, recortando con brío el gasto público en sectores esenciales. Romper el círculo vicioso de la deuda se muestra así como una necesidad política, económica y social. El derecho internacional público ofrece a los gobiernos que muestren la voluntad de hacerlo sólidos argumentos para liberarse de la trampa de la deuda y de las políticas antisociales de inspiración neoliberal.