EL Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) presenta su primer Lente fiscal centroamericano, investigación de coyuntura, con el ánimo de aportar al debate y al conocimiento de los centroamericanos para una mejor comprensión de la realidad fiscal de cada país y de la región.
Después de cinco años de investigaciones a profundidad sobre temas estructurales, a partir de 2010 el Instituto aumentará su producción con una investigación seria y detallada sobre la coyuntura y las tendencias de la economía internacional, la economía centroamericana y un análisis político sobre la fiscalidad de los seis países del istmo. La publicación de cada Lente fiscal centroamericano se llevará a cabo con una periodicidad trimensual y será presentado de manera rotativa en cada uno de los países de la región.
Nuestra primera investigación de coyuntura económica y fiscal explica cómo el primer cuatrimestre del año ha confirmado que la crisis global de 2008 es, en todas las regiones del mundo, un parteaguas en la visión sobre el papel de la fiscalidad, el sistema financiero y el rol del Estado en la economía. De una política de laissez faire al sector financiero para acelerar el crecimiento durante las últimas tres décadas, el crack bursátil en los países desarrollados provocó un rescate de las economías desde los Estados, no solo como prestamista de los bancos quebrados, sino por medio de inversiones en el gasto social y en infraestructura. La crisis se encamina a una reforma estructural del sistema financiero internacional.
El papel de los Estados ha pasado de observadores de la economía a prestamistas salvadores del sistema financiero y, en un futuro próximo, probablemente a árbitros y fiscalizadores de las finanzas privadas.
Estas intervenciones gubernamentales evitaron una profundización de la crisis; las economías de todo el mundo dan muestras de estar en el inicio de una lenta recuperación. Es importante señalar que el desempleo y la sostenibilidad fiscal son todavía los dos principales desafíos.
Centroamérica ha tenido una reacción y un cambio de paradigma más lento y moderado. Hubo una respuesta contracíclica mínima -en parte por la poca capacidad institucional y financiera de los Estados y, en parte, por batallas políticas perdidas- pero no se detuvo el gasto social y en la mitad de los países se realizaron reformas tributarias, con distintos grados de profundidad.
En lo que Centroamérica todavía parece estar estancada es en el debate sobre el papel de la fiscalidad, el sistema financiero y el rol que, tras esta crisis global de la economía, debe desempeñar el Estado. Varios de los Gobiernos mantienen el interés por aumentar la recaudación, aunque sin dialogar con la ciudadanía sobre la importancia de la fiscalidad y sin atender los reclamos sobre mayor transparencia. Mientras tanto, desde muchos actores políticos y económicos y desde la opinión pública en el istmo, se mantiene una oposición intransigente a cualquier tema fiscal y a revisar el papel del Estado, con argumentos incompletos o inexactos como la corrupción pública, la falta de eficiencia, la idea de que sólo un sector sostiene financieramente al Estado y el pretexto de la necesidad de completar otros debates antes de llegar al tema fiscal.
Especialmente en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, es probable que aumente la polarización política en los próximos dieciocho meses y esto dificulte el diálogo y la participación de otros actores. No obstante, es necesaria la incursión en el debate fiscal y económico centroamericano de posiciones y actores que comprendan que la fiscalidad, la economía y la política no son asuntos estáticos o unidireccionales, sino que están íntimamente ligados y son indispensables para el desarrollo.