¿Qué ha cambiado desde “¿El mundo en deflación?”, publicado en noviembre del año 2013 en www.obela.org?
El 29 de enero del 2016, casi 30 meses después, en España, “un litro de petróleo cuesta menos que una lata de cola”. Y, en Europa, la tasa de interés euribor cae por quinto mes consecutivo y ya se discute si, con tasas negativas, los bancos deberían pagar a sus depositantes. Y, ¿qué decir de los accionistas de renta variable que no compran o venden esperando que el precio de la acción baje más? En el diccionario keynesiano, demanda pospuesta significa demanda destruida. Y cuando la gente y las empresas posponen su consumo o inversión esperando menores precios futuros, estamos ante una alerta de una posible espiral deflacionaria.
Es claro que a cola y el euribor son evidencias no concluyentes, pero, son precursores deflacionarios –como el Dry Baltic Index para tarifas de transporte marítimo de materias primas secas en el mundo y que, dicho sea de paso, se encuentran en el nivel más bajo de su historia, que nos indica el nivel del exceso de capacidad de carga y la retracción del comercio internacional de tales materias primas. Amable lector: súper bien camuflado por banqueros centrales, académicos conservadores y, en particular, por la FED, encontramos que, en el estruendo de la crisis del 2008, el escenario temido por Ben Bernanke - expresidente de la FED, fue caer en una espiral deflacionaria.
En la actualidad, como veremos más adelante, el control de la deflación continúa siendo la principal pesadilla de los mayores banqueros centrales.