Mientras que el dólar y el euro se encuentran en medio de una creciente inestabilidad, el Yuan Reminbi, respaldado por la cada vez más fuerte economía China, parece abrirse más camino hacia su internacionalización y convertirse en la moneda de reserva. Con respaldo firme de las economías asiáticas como Malasia, Singapur, Mongolia y principalmente Japón, el mercado de bonos de yuanes ha crecido aceleradamente desde su debut en 2007. Aunado a la crisis de la deuda soberana por la que atraviesan Estados Unidos y Europa, expertos no tardan en aseverar que este proceso podría darse de entre los 2 y los 20 años posteriores. Tan sólo al dólar le llevo de 20 a 30 años superar a la libra esterlina, sin embargo, la rapidez de los mercados hoy en día es mayor.
Quizá una de las adversidades más notables a las que se enfrenta el Yuan es a la rigidez con la que el gobierno chino ha cuidado su convertibilidad, pero más allá de ser una medida rigurosa, es la cautela con la que el gobierno pretende llevarla a una plena convertibilidad en el futuro: se demostró claramente la sensibilidad de las monedas asiáticas con la crisis monetaria asiática de 1997 que implicaba la liberación de los controles de capitales. Así mediante esta paulatina convertibilidad (liberización), así como con la promoción del mercado de bonos en yuanes, se busca que la moneda china sea un atractivo vehículo de inversión y de respaldo en los próximos años.