El ascenso del yuan como moneda de reserva internacional
El 23 de marzo del 2009, en el fondo de la crisis financiera mundial y apenas cinco días después de anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos anunciando la compra de un primer tramo de bonos del Tesoro como parte de su programa de rescate, el gobernador del Banco Popular de China (BPC), Zhou Xiaochuan, expuso una cautelosa propuesta para la reforma al sistema monetario internacional. La pieza central de la propuesta fue la creación de una nueva moneda de reserva internacional, que naciera de forma soberana y estuviera desligada de aquellos países que basaran su divisa en el crédito, cuidando no mencionar a Estados Unidos.
Como primer paso el Gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan sugirió el uso de los derechos especiales de giro del FMI, mismos que podrían ser utilizados como activo de reserva, para realizar transacciones financieras y para liquidación en el comercio internacional. Con el tiempo, los DEG podrían transitar de su configuración actual a una que fuera respaldada por activos reales y sirviera como un fondo de reserva de unidades de cuenta. La propuesta fue motivada en gran parte por las grandes pérdidas de capital del Banco Popular de China, por las enormes reservas en dólares y por la inestabilidad financiera que trajo consigo la crisis.
La propuesta fue cordialmente aceptada pero poco a poco se fue desvaneciendo.
Decidido a superar su situación de gestión de reservas, y de igual modo contribuir en la creación de un sistema monetario internacional más diversificado, más líquido y menos volátil, el gobernador Zhou eligió otra opción: internacionalizar el yuan haciéndolo utilizable como la facturación y liquidación para el comercio internacional y las transacciones financieras. Esto era un gran paso para la apertura de capitales, suponía un yuan totalmente convertible que posteriormente asumiría un papel como moneda de reserva en el orden monetario internacional, de esta forma disminuiría la necesidad de adquirir dólares y se reducirían los riesgos por tipo de cambio.
Cuatro meses después de haberse establecido el comercio transfronterizo entre China Continental y Hong Kong que hizo posible comerciar en yuanes, se emprendió un programa piloto con el fin de internacionalizar la divisa y emprender una integración financiera global. Como primer paso el yuan seria probado como unidad de cuenta para transacciones internacionales lo que permitiría al mismo circular fuera de China continental. Como segundo paso, se busco que la divisa se expandiera y pudiera estar disponible para los mercados nacientes, principalmente del pacifico, para posteriormente probar su comportamiento en las inversiones. Para 2010 se les permitió a las entidades extranjeras financieras y no financieras invertir en bonos emitidos en yuanes los cuales fueron denominados “dim sum”.
A finales del 2011, la tercera etapa se inauguró con el establecimiento de empresas en Hong Kong y permitiendo la entrada de inversión extranjera a los mercados de capitales a través del programa de inversores institucionales extranjeros calificados. Estas medidas de liberalización en el mercado de capitales se aceleraron rápidamente. En noviembre del 2014 nace el programa stock connect, con el cual las bolsas de Shanghai y Hong Kong quedan conectadas. En diciembre del 2015, Corea del Sur emite los denominados “bonos panda”, los bonos son emitidos en yuanes con lo que se convierte en el primer gobierno soberano en vender bonos en moneda China.
El proceso de internacionalización se ha llevado a buen ritmo y adicionalmente se emprendieron iniciativas de profundización financiera de largo alcance. En agosto del 2015, como parte de la reforma al tipo de cambio, China transitó a un régimen de flotación administrada más susceptible a las señales de precios en dos vías. El tipo de cambio quedaría compuesto por una cesta ponderada de 13 monedas guiando al yuan a una valorización en el mercado de divisas. A finales de octubredel 2015, como parte de una liberalización igualmente notable de las tasas de interés, el techo de las tasas de los depósitos en los bancos comerciales y de crédito rural fue eliminado.
Por último, en octubre del 2015 un nuevo Sistema de Pagos Interbancarios transfronterizo, que conecta a los usuarios globales del yuan bajo un mismo paraguas y proporciona una plataforma optimizada para la liquidación de pagos fue puesto en marcha. Con el tiempo el sistema adquirirá su propia línea de comunicación y tendrá la capacidad de operar de forma independiente, lo que será una pieza importante en el rompecabezas debido a la falta de infraestructura del mercado, que impedía a los inversionistas institucionales de Asia liquidar sus pagos denominados en moneda local el mismo día de la operación, aliviando los problemas de dependencia de la llamada tercera zona horaria.
El 30 de noviembre de 2015, después del rechazo a la propuesta encaminada a crear una nueva moneda de reserva internacional, el FMI decidió incluir formalmente el yuan como una de las cinco monedas fuertes en su cesta del DEG.
El camino que el yuan tiene por recorrer es complicado y tiene que ir escalando peldaños, es difícil decir que en el corto plazo pueda sustituir al dólar, sin embargo bien podría establecerse como alternativa y poco a poco ganar protagonismo en los próximos años.