La crisis financiera mexicana desarrollada en 1994-1995, denominada "Efecto Tequila", representó la peor crisis bancaria de la historia del país, la más aguda depresión de la moneda en un año (modificándose la cotización de 5.3 pesos por dólar en diciembre de 1994 a 10 pesos por dólar en noviembre de 1995), además de provocar la más severa recesión de la década (caída del Producto Interno Bruto en más del 6% en 1995).
El exceso de confianza por parte de los inversionistas, ante la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), anexo a la débil regulación del sistema bancario nacional culminaron con el colapso financiero y bancario en México, potencializado por la modificación repentina en la política monetaria de los Estados Unidos generando cambios en las percepciones de los inversionistas sobre el futuro del país, particularmente en la balanza de pagos y la crisis bancaria.
Aunado a lo anterior, el asesinato del candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994 y la aparición en enero del mismo año del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), demandando el cumplimento de los derechos indígenas históricamente violados, tensaron el ambiente económico, político y social que reventó en diciembre de 1994 con la maxidevaluación del peso, siendo rescatados los depósitos bancarios de los grandes inversionistas con el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA).
Aldo Musacchio del Harvard Business School analiza las causas que culminaron con el "Efecto Tequila", contemplando, desde una perspectiva histórica, el proceso de liberalización de la economía, acorde a los postulados del Fondo Monetario Internacional (FMI), efectuados en la década de 1980 con el gobierno encabezado por Miguel de la Madrid.