Xi Jinping el presidente de China, anunció en Bali en octubre de 2013, la pronta creación de un Banco Asiático de Infraestructura e Inversión (AIIB). Si este banco prospera, podría subsanar algunas de las consecuencias negativas de las crisis en los mercados financieros globales.
A pesar de las bajas tasas de interés que se van a manejar, podrá ser un buen medio para conectar el ahorro con la demanda de infraestructura de productividad económica, sobre todo en las economías emergentes de Asia.
Según cálculos de la OECD los requerimientos de inversión en los países emergentes de Asia para los próximos veinte años será de aproximadamente 8 trillones de dólares, y el Banco de Inversión Asiática podrá satisfacer esa demanda.
China también necesita mejores relaciones con sus vecinos, además de que sus costos de producción se están incrementando, haciendo que el país necesite forzosamente reorientar sus cadenas de producción. El banco permitirá a las economías en desarrollo- sin importar en qué grado- invertir en dicha producción.
El AIIB, trabajará en cooperación con las instituciones financieras ya existentes, además de operará bajo principios comerciales, para atraer la inversión de los gobiernos de Asia Pacífico, en el marco de cooperación de la APEC.