Fecha: Martes, Enero 17, 2017 - 15:00
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La frontera entre la política interna y la geopolítica puede ser difícil de superar. La política partidista y el espectáculo pueden interferir con los imperativos geopolíticos vigentes de un país e impulsar políticas que los debilitan o contradicen totalmente. La tensión entre la política nacional y la política internacional se muestra completamente en Estados Unidos preparándose para recibir a Donald Trump como su 45vo presidente. Muchas de las promesas de campaña de Trump se centraron en re-organizar las asociaciones comerciales de Estados Unidos, por ejemplo el TLCAN o el Acuerdo Transpacífico de Cooperación (TPP). Los lazos comerciales de los Estados Unidos con China han sido objeto de las más fuertes críticas de Trump. China y Estados Unidos se encuentran en caminos muy divergentes. Mientras Estados Unidos está centrando su atención en el interior, Beijing está tratando de ejercer su influencia como líder mundial. China está en medio de su más difícil transición económica desde que el “Milagro Económico Chino” comenzó en los años setenta. El crecimiento económico de China ha caído por debajo del 7 por ciento y sus exportaciones disminuyeron, por segundo año consecutivo, en 2016. Durante los próximos cuatro años, el comercio se convertirá en el foco de la relación de Estados Unidos con China, una relación que, probablemente, se verá sometida a nuevas tensiones a medida que la siguiente administración reevalúe varios aspectos de la política de Washington hacia Pekín. Fuente: |
Fecha: Martes, Enero 17, 2017 - 12:26
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Cada cuatro años, el Consejo de Inteligencia Nacional (NIC) de EEUU lleva a cabo un ejercicio de sumo interés sobre las tendencias mundiales. Este es el sexto informe de este tipo, y lo ha publicado en vísperas de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El informe se tituló “Paradoja del progreso”. Paradoja que consiste en que los avances de la era industrial y de la información están llevando a un mundo a la vez más peligroso y más lleno de oportunidades que nunca antes. En el informe el NIC intenta mirar los escenarios a cinco y a 20 años. Con una primera conclusión: EEUU ya no es tan poderoso, e incluso Occidente puede si no romperse, sí ensimismarse, lo que llevará a países como China y Rusia a desafiar a la superpotencia y al orden mundial. El progreso de las últimas décadas ha sido único en términos de conectividad entre personas y de salida de la pobreza de miles de millones de personas. Pero también llevó a la crisis económica de 2008, la Gran Recesión, a las frustradas primaveras árabes y al auge global de populismos. Fuente: |