La necesidad de la implementación de las reformas financieras en China se ha vuelto un tema importante en la coyuntura económica. La deuda ha aumentado a un nivel de 250% y empieza a llegar a los niveles de las economías avanzadas más endeudadas como Estados Unidos.
Sin embargo, China enfrenta el desafió de llegar a la tasa de crecimiento objetivo de 7.5% este año. De esta manera, las reformas se han aplazado debido a las señales de desaceleración económica en el país afectando la asignación de capital en sus sectores. Por otro lado, los bancos chinos han enfrentado recientemente problemas de liquidez por lo que la liberalización de la tasa de depósito representaría el mayor problema a corto plazo.
Por lo tanto, la reforma de la liberalización de la tasa de interés en el sistema financiero chino ha sido uno de los puntos más controvertidos de las reformas financieras. Esto ha sido así ya que por un lado limitará el endeudamiento de su economía y la sobrecapacidad de sus sectores, pero por otro lado, podría desatar una serie de quiebras que podrían afectar a su crecimiento.