La administración Biden ha identificado a China como su competidor geopolítico más importante, cuando describió su estrategia de seguridad nacional la semana del 13 octubre de este año. Si bien los funcionarios sostienen que el objetivo de la política exterior de China es salvaguardar la paz mundial y promover el desarrollo común, sigue habiendo un enfoque en continuar con su "espíritu de lucha".
Desde que el presidente Xi Jinping llegó al poder en 2012, el país ha adoptado una postura más asertiva, con el ascenso de sus diplomáticos llamados “guerreros lobo”. Xi ha sido elogiado por funcionarios en el 20º Congreso del Partido Comunista en curso por formular este enfoque de la diplomacia.
El viceministro de Asuntos Exteriores de China, Ma Zhaoxu, dijo que China ha "luchado enérgicamente contra actos atroces", incluida la "visita provocativa" de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán en agosto de este año.
El presidente chino, y todo su equipo diplomático y de relaciones exteriores se han opuesto a todos los actos de independencia de Taiwán. El gobierno chino disuadió a las fuerzas externas y defendió firmemente la política de “Un país, dos sistemas” en Hong Kong, a través de una controvertida ley de seguridad nacional.
China también ha avanzado en la consulta sobre la disputa del Mar Meridional de China y ha frustrado una "agenda política" para utilizar las acusaciones de abusos contra los derechos humanos en Xinjiang para contenerla, dijo Ma.
Hablando en una conferencia de prensa al margen del Congreso, reiteró que China nunca aceptará la “predicación condescendiente de otros”.
TENSIONES DE SUPERPODER
El gobierno de Biden había esbozado su nueva estrategia de seguridad nacional, en un escrito gubernamental publicado el 13 de octubre, calificando a China como el desafío geopolítico más importante para EE. UU. y posicionando la rivalidad entre las dos superpotencias como una competencia entre la autocracia y la democracia.
El comunicado estadounidense destacó a China como “el único competidor con la intención de remodelar el orden internacional y, cada vez más, desarrolla el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo”.
El viceministro Ma no mencionó esto específicamente, aunque su elección de palabras pareció devolverle el golpe a Occidente en una réplica velada.
“De hecho, hay algunas fuerzas en el mundo que intentan ir en contra de la tendencia de la historia, se aferran a una mentalidad de Guerra Fría y un juego de suma cero, y están empeñadas en formar pequeños círculos, librar una nueva Guerra Fría, trazar líneas ideológicas, avivando la confrontación basada en bloques y persiguiendo deliberadamente la política de poder, la intimidación y el hegemonismo”, dijo. El viceministro remato diciendo: “Eso representa la mayor amenaza para el orden mundial”.
El funcionario Ma sostuvo que el objetivo de la política exterior de China era salvaguardar la paz mundial y promover el desarrollo común, y que un orden mundial dividido “solo empujaría al mundo a un callejón sin salida”.
“Tener el coraje y la habilidad para llevar a cabo nuestra lucha es una excelente tradición y un carácter distintivo de la diplomacia de China”, dijo, y agregó que el cuerpo diplomático de China mejorará su capacidad para salvaguardar los intereses y la dignidad nacionales del país.
SUCESIÓN Y CONTINUIDAD
En el futuro, el liderazgo de la política exterior de China se someterá a una reorganización, y se espera que el principal funcionario de asuntos exteriores del Partido Comunista y miembro del Politburó, Yang Jiechi, renuncie a la edad de 72 años.
El actual ministro de Relaciones Exteriores del país, Wang Yi, que tiene 68 años, podría ocupar el puesto si se hace una excepción a la regla de retiro no oficial del partido, dicen los expertos. La edad de jubilación no oficial del partido es de 68 años.
Los nuevos nombramientos del gobierno solo se confirmarán el próximo mes de marzo en la sesión legislativa anual del país.
Sin embargo, incluso si hay un cambio en el personal, la postura asertiva de la política exterior de China parece que continuará y permanecerá prácticamente inalterada, ya que Xi parece estar listo para comenzar un tercer mandato histórico en el poder.
