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Más allá de la reciente crisis financiera, el sistema económico capitalista se enfrenta a día de hoy a múltiples tipos de crisis que ponen de relieve el carácter sistémico de la crisis global. De entre las múltiples crisis hoy vigentes, la crisis ecológica, que aquí destacamos, podría ser la antesala de una crisis civilizatoria. El crecimiento económico ilimitado en un planeta finito se muestra aquí como su principal causa. El economicismo reinante en nuestras sociedades –en donde el crecimiento del Producto Interior Bruto de las distintas economías y el desarrollo tecnológico aparecen como las medicinas que todo lo curan– viene a ser como el árbol que no deja ver el bosque. Ante esta problemática ha surgido en los últimos años un concepto o eslogan, el del “decrecimiento”, del que cada vez se oye hablar más ante la aparente falta de alternativas prácticas al actual sistema económico capitalista. Sin embargo, a pesar del rechazo inicial que puede suponer el carácter negativo del término, en la medida en que nos acercamos más detalladamente a propuestas concretas del decrecimiento, podremos observar cómo en realidad confluyen en él diversas tradiciones de transformación radical del sistema. Cabría hacerse la pregunta de si será esta la bandera que logre unificar la amplia diversidad de los movimientos “antiglobalización” o “alterglobalizadores”.Leer
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