Pese a que el inicio del siglo XXI ha sido favorable para las economías de América Latina fundamentado en variables como el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la disminución de la vulnerabilidad regional ante los impactos de las crisis internacionales, Justin Yifu Lin, vicepresidente del Banco Mundial, afirma que los ingresos en América Latina han quedado atrapados en una trampa de ingresos medios explicado, entre otras causas, por la incapacidad regional para diversificar el proceso de industrialización.
Bajo un enfoque estructural, el autor analiza las transformaciones efectuadas en Asia Oriental que han devengado productos con mayor valor agregado de acuerdo a las ventajas comparativas de la región. En este escenario, China como líder económico de la región, es probable que mantenga otros 20 años de crecimiento del 8% anual.
El reto de América Latina es generar entornos que modifiquen estructuralmente las economías hacia proyectos industriales modernos y dinámicos que diversifiquen productos, siendo partícipe el Estado mediante políticas pro-activas a ciertos sectores industriales, conforme las experiencias de algunas economías de Asia Oriental.