El año 2023 ha traído consigo una fractura evidente en el panorama global, dividiendo al mundo en dos realidades contrastantes. Inicialmente, las predicciones para este año apuntaban a que Estados Unidos entraría en una recesión como resultado del aumento de las tasas de interés, destinado a frenar la inflación. Esta recesión se esperaba que afectara a México, Centroamérica y Colombia, regiones estrechamente ligadas a la dinámica económica del norte. Por otro lado, se preveía que los países sudamericanos con vínculos más fuertes con China continuarían experimentando un crecimiento constante pero moderado.
COMERCIO EXTERIOR DE CHINA 2022 -2023
Fuente:https://www.nytimes.com/2023/08/08/business/china-economy-exports.html
Sin embargo, estas previsiones no se han materializado como se esperaba. A pesar del considerable incremento en las tasas de interés, Estados Unidos no ha caído en recesión todavía. Paradójicamente, China ha experimentado una desaceleración económica. Estados Unidos mantiene una tasa de inflación elevada, mientras que China ha logrado mantener su inflación cerca de cero, incluso registrando un mes ligeramente negativo.
Esta división económica en los dos mercados principales ha desencadenado una nueva realidad. La pregunta clave es: ¿Qué ha llevado a la desaceleración de China? Si observamos el conflicto económico entre Estados Unidos y China, caracterizado por medidas agresivas y represalias mutuas, se puede entender el declive en el comercio bilateral. Las exportaciones chinas han disminuido desde la implementación de estas medidas, reduciéndose en un 20% entre finales de 2021 y mediados de 2023. A pesar de ello, China ha mantenido un superávit comercial mensual en el entorno de los 75,000 millones de dólares.
Este fenómeno ha impactado en las importaciones chinas, que han contraído en un 30%, especialmente en la adquisición de circuitos integrados que antes eran adquiridos a Estados Unidos. Esta disminución afecta tanto a la industria de microchips como a la electrónica en las regiones costeras del Pacífico. Las medidas que han repercutido en el crecimiento de China han tenido un efecto similar en la economía estadounidense, pero con una diferencia crucial: mientras China exporta y acumula superávit, Estados Unidos sigue consumiendo y acumulando un déficit externo considerable.
Es importante destacar que la dependencia de Estados Unidos de las importaciones chinas ha disminuido en un 2% según datos de UNCTAD para el periodo 2022-2023, mientras que la dependencia de China de las importaciones estadounidenses se ha reducido en un 0.9%.
La inflación en Estados Unidos y sus políticas de contención, incluidos los incrementos en las tasas de interés, también han influido en el comercio entre estas dos potencias. En contraste, China no enfrenta problemas inflacionarios y mantiene sus precios en un rango cercano a la variación nula, con la posibilidad incluso de una deflación. Esto se debe, en parte, a los acuerdos comerciales ventajosos con Rusia en la compra de petróleo y alimentos a precios reducidos.
Esta situación ha permitido que China, al estar aislada de los efectos de las alzas en las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, pronostique un crecimiento del 5.2% para 2023 según el FMI. En contraste, se espera que Estados Unidos crezca un 1.8% y la Unión Europea apenas un 0.9%. Rusia crecerá 1.5%, guerra, no obstante. México tiene una tasa cercana al 3% y los países sudamericanos están más fríos de lo esperado por la caída del comercio chino.
TASA DE FONDOS FEDERALES DE EEUU 2018-2023
Es crucial resaltar que, a pesar de estas proyecciones del FMI, los medios de comunicación occidentales siguen enfocándose en la crisis de China y exagerando el auge en Occidente, distorsionando la verdadera realidad. Estados Unidos enfrenta un déficit fiscal del 5.3% del PIB en 2023, lo que limita su capacidad de crecimiento. La deuda pública, que supera el 120% del PIB, representa un desafío similar al de Europa. El alza en las tasas de interés impacta directamente en el gasto público, y el ajuste necesario para mantener el déficit fiscal en un 5.2% (en lugar de un 10.4% inducido por el efecto de las tasas de interés) recae en la inversión pública. Este ajuste se torna más complejo si se considera el gasto militar, que está siendo impulsado por diversos conflictos y no puede ser reducido debido a razones de seguridad nacional.
Aunque el gasto militar genera ganancias para las empresas del sector, no contribuye significativamente al crecimiento económico del país, dado que su impacto en la economía global es limitado. La industria de las armas que Samuelson ponía en las antípodas de las industrias domesticas (mantequilla o tanques) dejó de servir de motor de la economía estadounidense y alimenta la de China.
En conclusión, 2023 presenta un mundo dividido en dos realidades económicas contrapuestas. Estados Unidos y China, protagonistas de esta dualidad, tienen caminos y verdades diferentes a pesar de lo que diga la prensa occidental. Se enfrentan a retos y oportunidades únicos que marcarán el rumbo de la economía mundial en los próximos meses. El proteccionismo de Estados Unidos frente al liberalismo de China forma parte del nuevo escenario, mientras que Estados Unidos parece crecer lentamente con una inflación elevada, y China todo lo contrario.Principio del formulario
[1] Coordinador del OBELA, investigador titular C, Miembro del SNI CONACYT III
[2] Bertín Acosta, pasantía OBELA; Alberto Tena, postdoctorante IIEC UNAM; Gabriela Ramírez, pasantía OBELA; Monserrat Granillos, Facultad de economía UNAM; Patricio Gonzáles Ramírez, Facultad de Economía, becario CONAHCYT; Brandon Young, Facultad de Ciencias Politicas UNAM.