LA PAX SINAE

En la tercera década del siglo XXI, se ha observado un desplazamiento tectónico de inmensa trascendencia, aunque minimizado por la prensa occidental. China logró que Irán y Arabia Saudita llegaran a un acuerdo de paz luego de casi una década de guerra interna en Yemen, donde cada país apoya a un bando. Irán ha sido acusado de apoyar a los rebeldes hutíes, y proporcionarle armas, dinero y capacitación militar, lo que ellos niegan y afirman que solo brindan ayuda humanitaria. Su participación en dicho conflicto ha generado tensiones con otros países de la región, especialmente con el reino, que lidera una coalición internacional que apoya al gobierno reconocido internacionalmente en su lucha contra los rebeldes hutíes. Encontrar la concordia entre Arabia Saudí e Irán significa acabar con los apoyos externos al conflicto y abrir el camino hacia la armonía regional. Significa el retorno de Yemen como exportador mundial importante de petróleo.

La intervención de Estados Unidos en Yemen, de su parte, ha generado preocupaciones por el impacto humanitario del conflicto, con informes de víctimas civiles causadas por los ataques aéreos de la coalición liderada por el reino contra los rebeldes hutíes. Sin embargo, se ha dado un primer paso hacia la solución del conflicto gracias al tratado mediado por China. Durante las conversaciones celebradas el 10 de marzo de 2023 en Pekín, el reino e Irán acordaron restablecer relaciones diplomáticas y reabrir sus embajadas en un plazo de dos meses, en mayo de este año. Estipula "el respeto a la soberanía de los Estados y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados"

Según el portal Foreign Policy, "los saudíes han informado a Washington de que el principal resultado del tratado es que Irán ha accedido a dejar de atacar los intereses saudíes y de apoyar a representantes antisaudíes". Irán habría estado motivado debido a la crisis económica que enfrenta el país, agravada por las sanciones impuestas por Estados Unidos a su programa nuclear y las protestas públicas contra el régimen clerical. Se informó que China le permitió acceder a una porción de unos 20 mil millones de dólares que fueron congelados cuando Estados Unidos abandonó el histórico acuerdo nuclear y volvió a imponer sanciones contra Teherán en 2018. Las sanciones occidentales le han impedido a China cumplir con su promesa de inversión a Irán de 400 mil millones de dólares en 2021, a cambio de suministros de petróleo y esto equivale a una compra a futuro de 5,000 millones de barriles de petróleo al precio de 80 USD/bbl.

Las relaciones económicas entre China y el reino son profundas, es su mayor socio comercial y proveedor de petróleo. Las inversiones del socio oriental suman 52,000 millones de USD en 93 inversiones distintas. Hay una concentración fuerte en energía: 14,500 m USD en petróleo; 4,000 m USD en gas; y 1,800 m USD en energías alternativas según el Heritage Investment Tracker.  Además China tiene inversiones en energía y otros campos en todo medio oriente y el norte de Africa. Estos lazos son fundamentales para el compromiso de China en Oriente Medio, de donde proviene más del 40% de sus importaciones de petróleo crudo, y asegura su creciente interés en la estabilidad regional. No obstante, el reciente pacto también refleja un cambio en el enfoque del Dragon hacia la región, que se está desplazando desde centrarse en el comercio y la inversión hacia la inmersión en sus conflictos.

La decisión de Arabia Saudita de unirse como socio de diálogo a la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO, por sus siglas en inglés) la tercera semana de marzo del año en curso expresa la creciente influencia de Beijing en la región.La SCO es una unión política y de seguridad de países que abarca gran parte de Eurasia, que incluye a China, India y Rusia, diseñada como contrapeso a la OTAN y la influencia occidental en Asia. Dado que el reino se encuentra en medio de un ambicioso programa de reforma llamado Visión 2030, liderado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, la relación con su socio petrolero le proporciona diversas oportunidades económicas que sirven para atraer grandes inversiones extranjeras en el país. La decisión de unirse a la SCO debe ser vista como una forma de fortalecer el peso de la región del Golfo en las relaciones con El Dragon.

“China pudo sentar a la mesa de negociaciones a dos pesos pesados de la región porque es una potencia en ascenso que busca asegurarse el suministro energético en el futuro. El descongelamiento de las relaciones entre Riad y Teherán conducirá a la paz en toda la región, algo que Estados Unidos no pudo lograr desde que comenzó su involucramiento regional tras la segunda guerra.” (https://www.scmp.com/comment/opinion/article/3219136/why-would-china-want-replace-us-middle-east) Dado que logró lo imposible, la clave de la futura concordia regional reside en China.

Lo nuevo que se presenta puede ser visto como una Pax Sinae, lo que implica la introducción del gigante asiático en el juego del desplazamiento hegemónico y no solo económico. Los términos Pax Romana, Pax Britannica y Pax Americana se refieren a períodos de estabilidad y hegemonía en la historia de Occidente. La Pax Romana describe el período de quietud y estabilidad en el Imperio Romano, que se extendió desde el reinado de Augusto hasta el final del siglo III d.C. La Pax Britannica se refiere al dominio político, militar y económico de Gran Bretaña en el siglo XIX, desde el final de las guerras napoleónicas hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Por su parte, la Pax Americana se refiere a la hegemonía política, militar y económica de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial hasta la intervención militar en Irak en 2003. En todos estos períodos, se estableció un sistema de control y estabilidad por parte de la potencia hegemónica que influyó significativamente en el curso de la historia. Lo que tienen en común estas tres "paxes" es que todas se refieren a Occidente. En cada caso, la potencia hegemónica en cuestión dominó militarmente a otras naciones, promovió la estabilidad y el orden internacional, y expandió su influencia económica y cultural. También en cada caso, la "pax" eventualmente llegó a su fin, en gran parte debido a cambios en el equilibrio de poder global y a la resistencia de otras naciones y potencias emergentes. Lo novedoso es que esta es una paz Oriental que tiene como base no el dominio militar sino el tecnológico y energético. Esta alianza le permite al gigante asiático consolidarse como el principal importador de petróleo crudo del mundo y, eventualmente, ampliar su capacidad de refinación para venderlo al mundo a través del mercado de Commodities de Shanghai en yuanes, lo que hace una competencia directa a EE. UU. como proveedor de petróleo refinado y a Rotterdam como mercado petrolero.

Si se suman las inversiones del Dragon en África del Norte y Central, en América del Sur y en Oriente Medio, y los tratados con Rusia, Siria e Iraq, sin ninguna duda se ha asegurado la provisión de petróleo crudo más grande del mundo. El 11 de diciembre de 2022, Aramco y la refinería de petróleo más grande de oriente, Sinopec, firmaron un contrato para la segunda fase de su proyecto conjunto en la Refinería y Petroquímica de Fujian. El acuerdo tiene como objetivo construir una refinería con capacidad para procesar 16 millones de toneladas de crudo por año y una instalación integrada de craqueo de etileno para producir 1,5 millones de toneladas de productos petroquímicos al año, con la fecha de producción más temprana prevista para 2025.

Además, Sinopec ha firmado un memorando de entendimiento con Saudi Basic Industries Corporation para explorar un proyecto de gran tamaño que pueda convertir productos petroquímicos en la Yanbu Aramco Sinopec Refining Company en el reino. Esta empresa conjunta entre Sinopec y Aramco busca desarrollar nuevas oportunidades en el mercado saudita. Por otro lado, la petrolera saudí también ha anunciado un contrato por separado con el Grupo de Energía de Shandong para explorar colaboraciones en el mercado chino. Ambas empresas han firmado un memorando de entendimiento que incluye un posible contrato de suministro de petróleo crudo y uno de compra de productos químicos, respaldando el papel de la empresa árabe en la construcción de un próspero sector downstream en Shandong. Además, el alcance del memorando de entendimiento se extiende a la cooperación en tecnologías relacionadas con hidrógeno, energías renovables y captura y almacenamiento de carbono.

Entre los proyectos de construcción de refinerías o recién terminadas, podemos mencionar la Refinería de Zhoushan, de petróleo y petroquímicos en la provincia de Zhejiang, desarrollada por la empresa estatal China National Petroleum Corp (CNPC). Esta refinería tiene una capacidad de procesamiento de 20 millones de toneladas de crudo al año y se espera que esté en pleno funcionamiento en 2023. También tenemos la Dalian Petrochemical, una refinería en la provincia de Liaoning ampliada para aumentar su capacidad de procesamiento de petróleo crudo. Esta refinería es desarrollada por la compañía estatal China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) y está en operación desde 2021. Otra refinería en construcción es la Guangdong Zhenrong Energy, que tendrá una capacidad de procesamiento de 40 millones de toneladas de crudo al año y se espera que esté en pleno funcionamiento en 2023. Hengli Petrochemical es una empresa privada que construyó una nueva refinería en la provincia de Dalian. La refinería también incluye una planta de petroquímicos y está en pleno funcionamiento en 2021. Otros proyectos en construcción incluyen la refinería de Zhejiang Petrochemical, que tendrá una capacidad de producción de petróleo crudo y productos petroquímicos al año; la construcción de una refinería de petróleo de 400.000 barriles por día en la ciudad de Yulong, en la provincia de Shandong, por parte de China National Petroleum Corporation (CNPC); y la construcción de una refinería de petróleo y un complejo petroquímico en la provincia de Liaoning, en el noreste de China.

En resumen, China interviene en un conflicto en el que no ha participado anteriormente y debuta como un árbitro internacional con la buena voluntad de las partes que comercian con ellos y cuida sus fuentes de energía fósil. Mientras tanto, Occidente tiene mala reputación en Medio Oriente, gracias a los fracasos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania durante todo el siglo XX, incluyendo la fracasada operación en Iraq en 2003, el fracaso de Libia en 2011 y la Primavera Árabe de 2010-2011 y a la política de sanciones. China tiene la seguridad de su poder político, diplomático, económico, tecnológico y militar para respaldar sus acciones. Es cierto que Occidente ha intervenido en Medio Oriente durante todo el siglo pasado, pero ha dejado una estela de sangre y pocos éxitos notables. Esta intervención de China le duele a occidente en las heridas dejadas por los fracasos de Londres, Washington, París y Berlín a lo largo de todo el siglo XX, y marca el comienzo de una nueva era, mientras Occidente no intente sabotearlo. Lo primero y más evidente es que todos los países que no pueden vender petróleo en occidente (Venezuela, Irán, Irak, Siria, Libia, Rusia, Yemen) ahora lo hacen en oriente y Yemen pronto regresará de exportar 15000 bbl a su normal ritmo de 400,000 bbl con el impacto sobre el precio. Todos los demás ya le venden a China o a través de ella y amplían así el ámbito del yuan.

 

Tema de investigación: 
Integración y comercio