Cuando Argentina renegoció su deuda, el 93% de los tenedores de bonos argentinos aceptaron el canje de la deuda; el 7% restante decidió ir a litigio. Ahora el juez Griesa concede el fallo a favor de este 7%, lo cual pone inmediatamente a Argentina en un default "técnico". Lo cual implica que las empresas argentinas que deseen un crédito exterior deberán pagar astronómicas tasas de interés.
También, la facción política conservadora se ha beneficiado de este fallo para poner de manifiesto que las políticas liberales no son el camino correcto a seguir y, por lo tanto, se deben de implementar medidas ortodoxas de política que solo lastimarían al país, pero crearán estrechos lazos entre los buitres argentinos y sus congéneres conservadores del exterior.
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El fallo a favor de los fondos Buitre pone a argentina en una tensión económico-política similar a la que sufrió el Perú la década pasada. El veterano juez de Nueva York sostiene que el 15 de diciembre parte del dinero que Argentina dispuso para pagar a los bonistas -que aceptaron una quita de la deuda argentina y que son el 93% de los tenedores de los bonos- deberá ser cedido a los fondos buitre -que son el 7% que no aceptó la propuesta de rebajar la deuda a Argentina-. El default técnico es casi insalvable. Argentina realiza los pagos a través del Bank of New York; lo cual hace susceptible de embargo a esos fondos según la sentencia de Griesa. Si el embargo procede, empezarán las demandas y apelaciones cruzadas y no cobra nadie; lo que se traduce en que Argentina entraría en default técnico. Sería un cuadro de escándalo internacional con consecuencias económicas desastrosas. Además, cualquier cambio de plaza habilita los mecanismos para buscar embargar también allí. El panorama es desalentador y las especulaciones financieras no se hacen esperar.
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Argentina se ha empecinado en proclamar una solvencia financiera que no posee. El discurso de la administración Kirchner de "vocación pagadora" es un sofisma. La reciente sentencia del juez Griesa, que favorece a los acreedores -que no entraron en el canje de deuda y que son el 7% de los acreedores totales- de la Argentina con una suma de 1,450 millones USD; y que a su vez, ésta sentencia abre la puerta inmediatamente -al restante 93% que sí aceptó los términos del canje y ha venido cobrando- a que, por conexidad, sea generalizada a todos los holdouts una vez sentada jurisprudencia.
La administración Kirchner ha amenazado, con anterioridad, el desconocer los fallos del tribunal. Lo cual ha provocado un endurecimiento en el actual fallo del juez Griesa. El fallo puede ser analizado desde dos perspectivas: una con tintes políticos y otra que la legitima con toda lucidez. La segunda es totalmente causa del mal manejo jurídico del gobierno argentino al dejar bastantes huecos en sus posturas y la tibieza con que se abordó el tema.
Aquí se sitúa a la Argentina en una analogía respecto a su situación del 2001: pérdida masiva de reservas por fuga de divisas, debilitamiento sustancial de las reservas internacionales del BCRA para destinarlas al pago de la Deuda Externa Pública, mayores requerimientos de moneda extranjera para atender los servicios de la Deuda Externa Privada, Inconvertibilidad por falta de respaldo en divisas de la Base Monetaria, apreciación cambiaria por aumento de la Inflación superior a la Devaluación del Peso y ganancias extra-ordinarias del Sector Financiero sobre el resto de las actividades de la Economía Física o Real, derivadas fundamentalmente de los altos niveles de tasas de interés cuyo piso se determina en función de la Deuda del Estado.
Se propone, con base al momento coyuntural que se vive, que se incurra en el default declarando la Insolvencia del Estado frente a la Deuda Pública y ordenar una Auditoría Total de la misma, suspendiendo el pago de los servicios hasta tanto no se tengan los resultados de las investigaciones correspondientes. De lo contrario la deuda se eternizará y dentro de pocos años Argentina revivirá el mismo estadio.
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Argentina se ha empecinado en proclamar una solvencia financiera que no posee. El discurso de la administración Kirchner de "vocación pagadora" es un sofisma. La reciente sentencia del juez Griesa, que favorece a los acreedores -que no entraron en el canje de deuda y que son el 7% de los acreedores totales- de la Argentina con una suma de 1,450 millones USD; y que a su vez, ésta sentencia abre la puerta inmediatamente -al restante 93% que sí aceptó los términos del canje y ha venido cobrando- a que, por conexidad, sea generalizada a todos los holdouts una vez sentada jurisprudencia.
La administración Kirchner ha amenazado, con anterioridad, el desconocer los fallos del tribunal. Lo cual ha provocado un endurecimiento en el actual fallo del juez Griesa. El fallo puede ser analizado desde dos perspectivas: una con tintes políticos y otra que la legitima con toda lucidez. La segunda es totalmente causa del mal manejo jurídico del gobierno argentino al dejar bastantes huecos en sus posturas y la tibieza con que se abordó el tema.
Aquí se sitúa a la Argentina en una analogía respecto a su situación del 2001: pérdida masiva de reservas por fuga de divisas, debilitamiento sustancial de las reservas internacionales del BCRA para destinarlas al pago de la Deuda Externa Pública, mayores requerimientos de moneda extranjera para atender los servicios de la Deuda Externa Privada, Inconvertibilidad por falta de respaldo en divisas de la Base Monetaria, apreciación cambiaria por aumento de la Inflación superior a la Devaluación del Peso y ganancias extra-ordinarias del Sector Financiero sobre el resto de las actividades de la Economía Física o Real, derivadas fundamentalmente de los altos niveles de tasas de interés cuyo piso se determina en función de la Deuda del Estado.
Se propone, con base al momento coyuntural que se vive, que se incurra en el default declarando la Insolvencia del Estado frente a la Deuda Pública y ordenar una Auditoría Total de la misma, suspendiendo el pago de los servicios hasta tanto no se tengan los resultados de las investigaciones correspondientes. De lo contrario la deuda se eternizará y dentro de pocos años Argentina revivirá el mismo estadio.
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