Basado en una serie de conferencias organizadas en septiembre de 2011 por las organizaciones Friedrich Ebert Stiftung, Club de Madrid y Center of Concern at the IMF, Puschra y Burke compilaron una serie de discusiones efectuadas en torno a las crecientes desigualdades sociales experimentadas a nivel global, siendo imprescindible la consolidación de un sistema monetario y financiero internacional sostenible para promover sociedades inclusivas y desarrollos equitativos.
Ante la creciente efervescencia social agudizada por los dictámenes monetarios y financieros de las instituciones regionales e internacionales correspondientes en muchos puntos del mundo (primavera árabe, Occupy Wall Street, M-15, Los indignados, las protestas de la sociedad civil, entre muchas otras organizaciones), la siguiente publicación se estructura en cuatro ejes temáticos:
Los desafíos políticos en sociedades compartidas
Los vínculos entre desigualdad, Estados y la crisis financiera global
Elementos en materia monetaria y financiera para políticas sociales
El reto hacia el desarrollo
La nominación de José Antonio Ocampo a la presidencia del Banco Mundial (BM) por parte del gobierno brasileño forma parte de un proyecto económico y político que dista del pactado por Washington.
La creación de un banco del sur de los países denominados como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) transformaría la idea del Banco del Sur, pasando de una perspectiva regional a una global, consolidado en un banco de desarrollo global alterno al BM.
Si Brasil logra convencer a sus socios del BRICS y a los países sudamericanos en temas económicos regionales, podrá tener un grado de influencia grande en las instituciones financieras internacionales.
Como parte de este proyecto, la idea es recircular las reservas internacionales en los fondos creados para este banco, diseñando alguna canasta de monedas propia para emitir bonos que serían pagados en las cinco monedas de los BRICS. El gran ganador con esta idea es China quien tendría cómo variar su esquema de depósito de reservas ante la política devaluatoria del Tesoro estadounidense.
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Aún cuando los países que seleccionen a los candidatos a la presidencia del Banco Mundial (BM) no deben fungir como una condición para la decisión del cargo, la selección de Jim Young Kim por parte de la presidencia de Estados Unidos ha sido bien recibida a nivel internacional.
El BM representa una institución clave para el combate a la pobreza que alcanza casi los dos mil millones de personas a nivel mundial no obstante, según rumores, es probable que los Estados Unidos insistan en mantener la tradición que enmarca la elección del presidente del BM en un intento por legitimar su poder ante países en desarrollo y en ascenso siendo año electoral.
La nominación de la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala y el colombiano José Antonio Ocampo representando a los países emergentes que tienen una tendencia hacia al crecimiento contraviene la postura de los Estados Unidos que siguen insistiendo en controlar el proceso de selección.
El papel del BM como institución internacional está en juego. Considerado como un instrumento de los gobiernos occidentales y los sectores financieros y empresariales, la elección del presidente del BM debe basarse en el mérito y en el buen gobierno expresado en múltiples ocasiones por la comunidad internacional, el gobierno de Estados Unidos y por la misma institución, proceso que a largo plazo promovería la legitimidad, y por ende los intereses, del mismo Estados Unidos.