Los sacerdotes del FMI no predican con el ejemplo
Janet Yellen, Presidente de la Reserva Federal de los EEUU, ha dicho sobre Christine Lagarde, Directora General del Fondo Monetario internacional, lo siguiente: “Ninguna organización es más crucial para la estabilidad de la economía global que el Fondo Monetario Internacional. Sus decisiones afectan a miles de millones de personas, de modo que quién encabeza el FMI debe ser un líder espectacular y eficaz. Christine Lagarde reúne esos altos estándares.”
Efectivamente, el FMI se especializa en “líderes espectaculares y eficaces”. Sus tres últimos Directores Generales han sido, en el orden, Rodrigo Rato, Dominique Strauss-Kahn y Christine Lagarde. La Justicia aún no ha concluido los procesos que se abatieron sobre los dos primeros, acusados de toma ilegal de interés, fraude fiscal, blanqueo de capitales, estafa, tráfico de influencias, prevaricación y abuso de bienes sociales, para no mencionar los pecadillos de acoso sexual, proxenetismo en banda organizada y violación, que afectan la eminente reputación de Strauss-Kahn. Christine Lagarde había sido la deus ex machina de una grosera estafa al fisco francés. Tal estafa permitió remunerar con más de 400 millones de euros los menudos servicios de Bernard Tapie.
Finalmente, la Corte de Apelaciones dictó una sentencia que parecía evidente: Bernard Tapie debe rembolsarle al Estado francés un dinero mal habido, y los diferentes involucrados en la estafa deben ser procesados, incluyendo a Christine Lagarde, la “líder espectacular y eficaz”. Atrás quedan las manipulaciones jurídicas que le habían evitado, hasta ahora, una inculpación.
Todo esto sería anecdótico sino fuese porque el FMI le da lecciones de buena gestión financiera a medio mundo, y le distribuye consejos a decenas de países obedientes que ni siquiera reparan en los desastres causados por tales instrucciones. Grecia, y la Unión Europea, no son sino las víctimas más recientes: después de haber impuesto brutales políticas económicas de austeridad, el FMI reveló haberse equivocado en sus cálculos.