El gobierno de Estados Unidos está poniendo más presión sobre la Unión Europea para llegar a un acuerdo sobre el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP). Esto se ha hecho evidente a partir de copias de documentos confidenciales de negociación que han sido puestos a disposición de Süddeutsche Zeitung y las estaciones de radio y televisión alemana WDR y NDR. El material, que consta de 240 páginas, fue proporcionado por Greenpeace y será publicado el próximo lunes. Varias personas familiarizadas con las negociaciones confirman que los documentos presentados son actuales.
La publicación de estos documentos ofrece a los ciudadanos una visión no conocida en las negociaciones entre los EE.UU. y Europa. Desde el inicio de las negociaciones hace tres años, el público sólo podía tratar de adivinar lo que ambas partes estaban discutiendo, lo que ha llevado a millones de personas a salir a las calles en protesta por el TTIP. Mientras que la UE está poniendo a disposición del público las negociaciones del TTIP, los EE.UU. insisten en mantener sus posiciones en cuestiones secretas. Washington utiliza esta táctica para garantizar un ámbito de aplicación más amplio para las negociaciones. La divulgación de estos documentos de negociación finalmente ofrece una transparencia más completa para los 800 millones de personas repartidas en dos continentes cuyas vidas se verán afectadas por el acuerdo bilateral de comercio más grande de la historia.
Los documentos permiten un profundo conocimiento de las tácticas de Estados Unidos, como el empuje activo de Washington para evitar la relajación de las regulaciones de exportación de la industria europea del automóvil, ya que este sector juega un papel central en la economía de Europa. Uno de los documentos confidenciales demuestra que el gobierno de Estados Unidos "se apresuró a señalar que tendría que consultar con su industria en relación con algunos de los productos y que el progreso en las partes relacionados con vehículos de motor sólo sería posible si la UE mostraba avances en la discusión en los aranceles agrícolas”.
Sin embargo, la exportación de productos agrícolas no es el foco principal de la estrategia de Estados Unidos, Washington también ha puesto su mirada en las polémicas de alimentos modificados genéticamente que están prohibidos en su mayoría dentro de la Unión Europa. Ambas partes han subrayado a menudo hasta ahora que los EE.UU. respetarán las preocupaciones europeas en esta materia, y que los ciudadanos de Europa no tienen que estar preocupado por este problema. Pero el material confidencial pinta una imagen muy diferente de la situación. "Es realmente muy interesante ver las demandas que los EE.UU. han hecho", dice Klaus Müller, presidente de la Federación Alemana de las organizaciones de consumidores.
Los EE.UU., exigen que las prohibiciones legales sobre los productos para proteger la salud humana sólo se debe permitir si ha sido científicamente demostrado que estos productos son realmente perjudiciales. La UE prohíbe productos como la carne tratada con hormonas o los alimentos modificados genéticamente como medida de precaución, si sólo el más mínimo indicio de riesgo surge, mientras que los EE.UU. sólo les prohíbe si las personas ya han sido dañados como consecuencia del consumo de dichos productos.
Los documentos de negociación también revelan, por primera vez, con qué frecuencia los diferentes puntos de las opiniones chocan entre las partes. EE.UU. demanda en un capítulo sobre protección de los consumidores, que antes de pasar a una prohibición de la UE se debe evaluar "alternativas para lograr el nivel adecuado de protección", lo que significa que hay una ley en este sentido que se debe pasar en primer lugar. Además de esto, la UE también debe explicar públicamente "si alguna de esas alternativas son significativamente menos restrictiva del comercio."
Otro punto de controversia grave es la cooperación legislativa. Tanto los EE.UU. y Europa dieron la impresión de que estaban en su mayoría de acuerdo respecto a la regulación legislativa. Pero los documentos de negociación sugieren algo muy diferente. Mientras que la UE insiste en su derecho a la libre determinación legislativa en los documentos, los EE.UU. quieren restringir severamente el alcance de los legisladores europeos en lo que respecta a las decisiones económicas en las que se ha demostrado en varias sugerencias que han hecho. Un ejemplo es la demanda formulada por los EE.UU. que "cada Parte mantendrá procedimientos que promuevan la consideración de los siguientes factores cuando se realiza una evaluación del impacto normativo de Reglamento." Es decir, esto significa que la UE se supone introducir una proceso que va a evaluar "la necesidad de un reglamento propuesto" en conjunción con un análisis de "los costos y beneficios (cuantitativos, cualitativos, o ambos) de dichas alternativas previstas."
La legislación de EE.UU. es fundamentalmente diferente de la de la UE. En la UE, por ejemplo, el uso de 1.308 diversos productos químicos en los cosméticos está prohibido en la luz de las sospechas de que puedan ser cancerígenos. Por otra parte, la autoridad responsable en EE.UU, a lo mucho 11 sustancias.