El PIB real de México creció 2.3% en el 2016, a un ritmo poco menor al de 2015 (2.5%), el crecimiento del cuarto trimestre fue el más alto del año 2.4% (variación anual). Las actividades primarias tuvieron un buen desempeño, las terciarias se mantuvieron relativamente estables y las secundarias evidenciaron el declive de la minería, la tendencia estacionista de la construcción y un repunte flojo de las manufacturas.
Los indicadores de consumo del mercado interno fueron satisfactorios para el 2016, pese al clima pesimista en los negocios, la inversión privada aumentó 2.9% en su variación anual, pero no fue el caso de la inversión pública que siguió en franco declive. En cuanto al mercado externo, la cuenta corriente tuvo un saldo negativo de 27,858 mdd, producto de la combinación de déficits en la balanza de bienes y servicios. Las exportaciones no petroleras reflejaron un retroceso de 1% en los productos automotrices y 0.4% en el resto de productos, por su parte, la caída anual de las exportaciones petroleras se debió a la contracción de exportaciones de crudo (16%) y otros productos petroleros (30.2%).
La inflación general fue más elevada en el 2016 (3.36%), que la históricamente baja del 2015 (2.13%) y la inestabilidad cambiaria se acentúo mucho más (como resultado se obtuvo un bajo nivel de reservas monetarias) y como respuesta a ello el Banco Central subió la tasa de interés hasta alcanzar un nivel de 5.75%. Finalmente, durante la mayor parte del 2016 el empleo formal (afiliados al IMSS) tuvo una tendencia inestable pero ascendente y la tasa nacional de informalidad una tendencia a la baja.
Fuente: UAN, Informe económico trimestral, 2016-IV
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