Ya no es posible concebir los recursos naturales como se lo ha hecho tradicionalmente, y por eso resulta necesario abordar cómo la enunciación de los Estados de los países centrales y de organismos internacionales incide en la construcción de imaginarios y de políticas respecto de los llamados “frutos de la tierra”.
Esto conduce a discutir las diferentes definiciones en juego para nombrar esos recursos: renovables y no renovables, materias primas, commodities, capital natural, recursos naturales estratégicos, críticos, multicríticos, esenciales, bienes comunes, etc.
Es importante tomar en consideración que en el nombre que se les asigna están inscriptos a menudo proyectos en tensión respecto al uso que debe dárseles para el desarrollo nacional y regional, en este caso en Suramérica.