Con la firma del Tratado de Unión entre los doce países que hoy están incorporados en la UNASUR, se ha dado un paso de gigantes hacia la realización de sueños ancestrales de nuestros pueblos.
Su materialización, sin embargo, está condicionada por el acierto que se logre en la definición de una estrategia y de un plan que sean resultantes del interés común y las coincidencias entre nuestros pueblos.
En esta búsqueda hemos venido planteando que la mayor fortaleza de nuestra gran región radica en sus recursos naturales, en las enormes reservas que la caracterizan. De allí que, a partir de esa realidad, la propuesta radica en trazar una política y un plan que se puedan desplegar progresivamente a fin de obtener el mejor y más racional aprovechamiento de tales recursos.