La economía brasileña está casi en situación de estancamiento desde 1980, con excepción del corto auge de 2006-2010, causado por los altos precios las materias primas. En 1994, las causas del bajo crecimiento fueron la gran crisis financiera de la década de 1980 y la consiguiente alta inflación inercial. Desde que esas dos causas se superaron, la economía brasileña debió haber reanudado el crecimiento, pero no lo hizo.
Según una nueva macroeconomía del desarrollo, el nuevo hecho que explica este bajo crecimiento es la liberalización del comercio de 1990 a 1991, que tuvo como consecuencia no haber podido predecir la suspensión de la neutralización de la enfermedad holandesa.
Este hecho hizo que la industria manufacturera brasileña perdiera competitividad y se colocara así en desventaja, causando desindustrialización prematura y cuasi-estancamiento. Finalmente, los economistas brasileños que estudian el desarrollo no están siendo capaces de considerar un nueva visión nueva para superar el problema.