El flujo de capitales hacia América Latina se ha vuelto más volátil principalmente por los siguientes factores: 1) las políticas monetarias de las economías industrializadas; 2) los precios de los productos básicos en el mercado mundial; 3) la estabilidad bancaria y financiera internacional y 4) el desempeño macroeconómico y las perspectivas de crecimiento de las naciones latinoamericanas.
De este modo, la entrada de flujos de a corto plazo a disminuido y en algunos casos también se han constatado salidas cuantiosas por el menor atractivo que representó para arbitrajistas y especuladores invertir en el mercado cambiario latinoamericano ante la inestabilidad y el peligro de devaluación reinante.
Adicionalmente, bancos extranjeros radicados en la región sustrajeron capital para transferir a sus casas matrices con el objetivo de satisfacer la mayor demanda de liquidez de los países industrializados.
Finalmente, las naciones de América Latina tendrán que priorizar el resguardo de los fundamentos económicos básicos y ser consecuentes con las políticas monetarias y fiscales pues sólo así conseguirán atraer flujos más estables y fomentar la demanda interna, y, de ese modo, disminuir la vulnerabilidad ante el imprescindible de capital internacional.