La crisis financiera estadounidense en 2008 tuvo fuertes repercusiones en el sistema financiero europeo. El resultado a lo largo de seis años fue la mayor concentración y centralización de capital.
El ejemplo más claro fue el sector bancario español que recibió ayudas del Estado y estuvo presente un proceso de centralización y concentración de capital en el sector financiero español por medio de fusiones y adquisiciones.
De esta manera, se abre un nuevo proceso de mayor fortalecimiento de los bancos más importantes como Bankia que ha recibido ayudas del Estado de forma sustancial. Por otro lado, el Estado español ha sido obligado a financiarse por medio de los mercados financieros emitiendo obligaciones, situación que acrecienta su deuda de forma exponencial.