La integración de los países se ha redirigido al ámbito financiero. Provocando acuerdos regionales que están transformando la arquitectura financiera internacional; en busca de una estabilidad financiera mundial.
Así es como han surgido organismos que buscan un contrapeso, o bien una similaridad, al FMI. Es el caso en Europa del Mecanismo de Estabilidad Financiera que tiene como objetivo "ser un acuerdo dentro de una unión monetaria destinado a proporcionar asistencia financiera directa a las entidades soberanas". Entre las economía en desarrollo está el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), que está integrado por siete economía pequeñas y medianas con fuertes vínculos culturales y un amplio conjunto de intereses comunes. Un ejemplo interesante de la importancia de este tipo de acuerdos financieros es el del Perú en los años 80: donde el país obtuvo préstamos por parte del FMI y del FLAR, pero debido a turbulencia económicas comenzó a incumplir con el FMI, pero no así con el FLAR, que a la vez le siguió dando préstamos para dinamizar su economía; ya en 1990 cuando Alberto Fujimori entró en funciones, Perú liquidó sus atrasos y normalizó sus relaciones con el FMI, y posteriormente logró la aprobación de una serie de préstamos del FMI. Es claro el papel que juegan este tipo de acuerdos financieros regionales; en alguna medida muestran más solidaridad entre sus miembros, que comparten fuertes relaciones comerciales y culturales, que la de organizaciones globales. Otro ejemplo es la Iniciativa Chiang Mai del grupo ASEAN+3 que es un acuerdo swap de divisas para mantener una estabilidad cambiaria en la zona y agilizar el intercambio comercial entre los países miembros; la Iniciativa Chiang Mai es intento de esta región de resistirse a la influencia del FMI.
El horizonte permite ver un trazado donde la regionalización no sólo será comercial sino financiera. Una iniciativa muy significante sería la propuesta de una zona de libre comercio de la ASEAN+6, que incluye a los 10 países del sudeste asiático más China Japón y Corea del Sur, más India, Australia y Nueva Zelandia.
Debemos comprender mejor esta nueva y cambiante dimensión regional de la arquitectura financiera internacional y sus consecuencia; existe muy poca literatura acerca del regionalismo financiero y la importancia de las consecuencias crece de gran manera.
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