En el marco del reportaje de la revista globalista 'The Economist' de los banqueros Rothschild sobre el colapso del caduco orden unipolar financierista de Occidente, hoy el G7 amenaza con confiscar los pletóricos depósitos rusos en su 'banca', lo cual aceleraría la desdolarización y quizá el advenimiento de la nueva divisa multipolar BRICS.
En el marco de la guerra multidimensional del alicaído G7 frente a los ascendentes BRICS+, una dimensión poco analizada, pero quizá de las más ominosa, es la epitomiza la feroz "guerra geofinanciera" que inició Occidente, encabezado por EEUU mediante sus deletéreas sanciones —que al final del día en forma sorprendente fueron contraproducentes— contra Rusia.
Es probable que la impactante confesión de The Economist —Se desintegra el orden económico global— ,sea la consecuencia del fracaso de las sanciones de Occidente contra Rusia, que sorteó el masivo boicot geofinanciero y revirtió la dinámica a su favor al ostentar un superávit financiero de alrededor de $350.000 millones de dólares en 2023 gracias a los incrementos de los hidrocarburos y del binomio alimentos/fertilizantes.
Vale la pena desglosar mínimamente el reportaje especial del The Economist sobre la fragmentación del caduco orden financiero estadunidense que "está dando pie a un mundo más dividido" desde el punto de vista específicamente financiero: 1. "El sistema financiero global se encuentra en peligro de fragmentación. 2. “Realineamiento: cómo las crisis reconfiguraron el sistema financiero internacional". 3. "Inversiones transfronterizas: el movimiento de capital global está en declive. 4. "Transacciones: proliferan los sistemas nacionales de pago. 5. "Guerra de divisas: la batalla para destronar al dólar, y 6. "Choque del futuro: cómo el sistema financiero respondería a la guerra entre las superpotencias".
Según la agencia estelar de noticias de la anglósfera Reuters —a quien se le desplomó el 50% de su audiencia, según confesión de Elon Musk—, nada menos que Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU, empuja a que los funcionarios financieros del G7 coloquen las ganancias de los intereses de los capitales rusos congelados en Occidente —que se calculan entre $300.000 y $350.000 millones de dólares— para proveer un sustancial financiamiento al gobierno hoy ya ilegitimo del comediante ucraniano Zelenski, a quien se le venció el 21 de mayo su mandato constitucional.
Amén de la estafa obscena ,que en épocas de guerra comporta hermenéuticas muy ominosas (sobre todo para el país perdedor), las cuentas alegres de los allegados a Janet Yellen calculan que tal descarada confiscación podría generar un "empréstito de $50.000 millones de dólares para Ucrania", que, a propósito, acaba de recibir una suculenta ayuda del Congreso de EEUU y de la Administración Biden por $61.000 millones, cuya mayor parte se ha quedado en las arcas estadunidenses de su “economía de guerra” para procurar mayores empleos domésticos, en vísperas de la elección presidencial del 5 de noviembre.
A propósito, Financial Times, portavoz cotidiano del globalismo neoliberal monárquico, publicó recientemente la "colisión de qué hacer con los activos congelados de Rusia en Occidente": "confiscar centenas de miles de millones de reservas foráneas puede transformar la guerra en Ucrania", pero "EEUU y Europa están en desacuerdo de qué tan lejos ir".
Financial Times relata que, en el reciente encuentro de los ministros de Finanzas del G20 en Brasil,d os de sus prominentes ministros, Mohammed al-Jadaan de Arabia Saudita y Sri Mulyani Indrawati de Indonesia "se encontraban entre quienes estaban particularmente alarmados por la idea de confiscar los capitales rusos en Occidente". Obvio: mañana EEUU les puede confiscar también sus cuantiosos depósitos en Occidente.
El grave problema es que con todo el dinero del mundo —sean los $61.000 millones del reciente paquete de ayuda de EEUU o los $50.000 millones de intereses que busca estafar Janet Yellen—, Ucrania está condenada a perder la guerra en forma humillante.
Resulta y resalta que la amplia mayoría de los capitales rusos se encuentran en Bélgica en cuentas de Euroclear, conglomerado financiero fundado por el principal banco de EEUU, JP Morgan Chase.
¿No estará buscando EEUU empinar a Europa una vez más, ahora en materia financiera, cuando Washington solo detenta unos magros $5.000 millones de dólares de los activos rusos?
¿Constituye la confiscación de $300.000 millones de dólares de Rusia un operativo financiero similar al sabotaje deliberado del gasoducto NordStream por EEUU para avasallar a Europa?
Francia solo detenta $1.000 millones y Suiza $7.000 millones del total confiscado de los capitales rusos, por lo que la clave son los $200.000 millones del total que detentan las fantasmagóricas cuentas de Euroclear.
¿Estará dispuesta la Unión Europea, no se diga JP Morgan Chase —creación de los globalistas David Rockefeller y su pupilo Henry Kissinger— a enfrascarse a una guerra geofinanciera contra el Sur Global encabezado por Rusia y China?
Finalmente, Euroclear se desempeña como una vulgar "OTAN geofinanciera" en contra de Rusia.