La economía mundial se detuvo durante el segundo trimestre del 2020, cuando los distintos gobiernos impusieron diversas medidas de cierre productivo y distanciamiento social en todo el mundo. Esto paró la demanda y oferta agregada, lo que ocasionó que el PIB de la Unión Europea cayera 6.12%, el G7 2.10% y América Latina 7.01% según estimaciones del FMI. Ante la crisis por la COVID-19, se amplió el estímulo fiscal y monetario en casi todas las economías latinoamericanas, con el objetivo de impulsar la recuperación, aunque no todos los países respondieron de inmediato.
Se ha divido a los países latinoamericanos en tres grupos; el primero compuesto por Ecuador, México y Paraguay, donde un pequeño paquete económico fue acompañado de una mayor actividad económica; el segundo se compone por Argentina, Chile y República Dominicana, que tuvieron incentivos fiscales y monetarios con rebote débil; y el tercero está compuesto por Brasil, Perú y Panamá, donde el estímulo fiscal y monetario se correspondió con una mayor reactivación. En este texto se abordarán sólo los primeros dos subgrupos y explicará que la diferencia se debe a la demanda de los principales socios comerciales y el crecimiento previo de las economías.
Una consecuencia del freno en la producción y el distanciamiento social fue que la demanda interna cayó, en comparación con el 2019, en todos los países. Las economías más afectadas fueron las mayores: en Argentina el consumo privado disminuyó 23%, en Chile 22% y en México 21%, mientras que la inversión bajó 38%, 20% y 34% respectivamente. Por otro lado, la demanda externa tuvo mejores resultados para aquellas economías en las que el vínculo es más fuerte con el comercio internacional, ya sea con el liderado por Estados Unidos o por China.
El rebote del primer grupo de países, los que inyectan pocos recursos públicos y mejora el PIB, en el tercer trimestre de 2020, se debe a la recuperación de la demanda externa. Sus principales socios comerciales son EUA para Ecuador y México con 29.5% y 75.1% del total de sus productos, principalmente combustibles y manufactura de la industria automotriz y electrónica, al mercado estadounidense. La relajación en las medidas sanitarias en EUA y la gigantesca inyección fiscal, restituyó el ritmo de sus importaciones. La inversión privada reaccionó a este aumento de la demanda en las industrias de exportación, lo que impulsó positivamente el PIB. Sin embargo, la recuperación del mercado interno tiene un camino más largo por recorrer.
En cuanto a Paraguay, sus principales ventas al MERCOSUR son electricidad, semillas y frutos oleaginosos. Durante la contingencia sanitaria del segundo trimestre, disminuyó el envío de electricidad al Brasil y la Argentina, y el rebote se explica por las exportaciones de soja a Brasil y carne a Chile. En Paraguay la demanda interna no cayó tan abruptamente, como en los otros países, y la inversión pública y privada, tiene un fuerte crecimiento explicado por el sector de la construcción, el cual crece desde mediados de 2019. La recuperación de su mercado interno tiene un recorrido corto para llegar al punto desde donde se contrajo.
En el segundo grupo, donde el alto estímulo fiscal no fue acompañado de un alto rebote, el comercio exterior tuvo distintos efectos. Las exportaciones de Chile no disminuyeron, porque su principal socio comercial es China, el cual representa 31.8% de sus exportaciones, y la región de Asia del Pacifico y los precios de las materias primas aumentaron por efecto de la bajada de la tasa de interés internacional. Las exportaciones de cobre, hierro y el carbonato de litio hacia estos países mantuvieron su demanda externa.
Por otra parte, en Argentina las exportaciones en vez de recuperarse, disminuyeron. Sus envíos de residuos de la extracción de soya al Asia, utilizados para la alimentación de animales, y los cereales fueron los más afectados. Con respecto a la República Dominicana, su principal socio comercial es EUA, que representa 53.8% de sus exportaciones. Al igual que en México y Ecuador, la reactivación económica del mercado estadounidense restituyó sus ventas a dicho país
La disminución del PIB en la Argentina, Chile y República Dominicana se debe principalmente a la caída de la demanda interna, y el aumento en el ritmo del comercio internacional contuvo la caída pero no mejoró la actividad económica en el tercer trimestre, como en otros países. No obstante, el gran estímulo fiscal y monetario en el segundo grupo comenzó a tener una fuerte repercusión en su crecimiento a finales de 2020. Al final del año, tuvieron un mejor desempeño económico que Ecuador, México y Paraguay, que gastaron poco.
Finalmente, se observa que no en todos los casos la dinámica de comercio mundial expresa el ritmo de la producción total interna, ni el aumento del gasto fiscal asegura la pronta recuperación económica. La crisis de la COVID-19 ha mostrado que la velocidad de recuperación del PIB liderada por el comercio exterior es,en algunos casos, más rápida, en un contexto de la caída de las importaciones. Los sectores relacionados a la exportación evidencian mayor dinamismo, que las dependientes del mercado interno sujetas al estímulo fiscal para su reactivación.