Los indicadores del ciclo económico de México siguen dando señales poco alentadoras, sin embargo, el PIB del tercer trimestre de 2016 recuperó velocidad, este creció 2% en su variación anual animado por las actividades primarias y terciarias que crecieron 4.8% y 3.3% respectivamente, mientras que las secundarias cayeron -0.9%, especialmente el sector construcción y manufacturas.
En el mercado interno, el consumo total perdió dinamismo 0.9%, con menos remesas externas de por medio (6,889 mdd), una reducción de la inversión (caída de la confianza empresarial, la formación bruta de capital y las entradas de IED) y un comercio interno en ascenso. Por su parte, en el sector externo la cuenta corriente de la balanza de pagos se reforzó por las exportaciones, donde las automotrices fueron cruciales, no obstante, siguió en descenso la producción petrolera y muy bajo el precio de exportación del crudo.
La inflación general y subyacente ascendieron quedando en el umbral de la meta de inflación del Banco Central y al mismo tiempo el empleo formal tuvo un buen desempeño (18, 626 asegurados en el IMSS). En cuanto al mercado cambiario, las devaluaciones del peso frente al dólar y el euro continuaron siendo volátiles, por ende, la política monetaria respondió con mayores tasas monetarias.